Capítulo 1

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Aviso : Solo este capítulo tiene dos narradores, por favor les ruego que tengan más cuidado en no confundirse.

Capítulo 1

Narra Emillie

Tomo nuevamente mi café que estaba hirviendo y le lancé una mirada dura a mi mejor amiga, que como siempre me estaba convenciendo hacer algo que no quería hacer. 

—Tienes que venir a la fiesta, Emilie – mi amiga pide – hay chicos muy guapos.

Resoplo con fuerza, aunque mi amiga ya sabía que ahora ya no estaba en mis planes tener novio, Amy no daba su brazo a torcer. Llegaba ser tan insistente que muchas veces accedía para no aguantar más sus berrinches.

—Sabes que no quiero un novio, ni siquiera un ligue desde ya sabes...

Mi amiga puso los ojos en blanco, desde ya bastante tiempo daba la misma excusa. No entendía porque me comportaba de tal manera. Desde que la había terminado con Alex, ya nada era lo mismo.

—¿Estás bromeando? Por ese idiota estas matando tu juventud. Eres preciosa y no lo sacar a relucir porque no quieres salir, te lo pido....anda.

Bebe otro sobo de su capuchino, ya no sabía cómo salirme de esta, Ammy no iba parar hasta que ella desistiera y esta vez no tenía ganas. Quería por lo menos esta vez salirse de la mía y no ir a esa estúpida fiesta universitaria. Sabía que hace tiempo no salía como lo hacía antes, pero algo en mi había cambiado por completo desde que vi ese día a mi ex novio besando a unas de mi mejores amigas. En ese momento toda la diversión y juventud que tenía se había ido.

—Necesitas por lo menos una noche de eso desenfrenado, ya te estas poniéndote de mal humor. No quiero una amiga vieja.

Ahora era mi oportunidad, lo sentía.

—Es que ando ya tu sabes...

—Esta bien, tu ganas. Hoy iré sola y estaré con millones de chicos y...

—No quiero saber de tus desaventuras sexuales, Ammy.

Mi amiga se hice la ofendida mientras que yo me paro para marcharme. Era hora de irse, hoy ella tenía que trabajar en la vieja librería de mi abuela y por más que la quería hoy no me sentía a gusta trabajar, más con esta conversación.

—Me tengo que ir, después te llamo. Ya sabes que mi abuela se enoja si llego tarde.

Cuando salgo finalmente de la cafetería, me concentro y me prometo a sí misma en no ver a parejas felices para no lamentar mi larga soltería. En algo Ammy tenía razón, desde el fuerte quiebre con su relación con Alex, ella había dejado de ser la misma chica alegre y traviesa que llamaba la atención. Extrañaba eso, lo extrañaba a él, aunque la había engañado.

De tanto de pensar no me había dado cuenta que ya había llegado al trabajo, con pereza suspiro y abro la puerta encontrándose con su abuela, una mujer de unos 70 años o más pero con ánimos de vivir de 30.

—Ya me estabas preocupando— mi abuela comenta— hoy llegaron libros nuevos, muchos hablan de la temática que a ti te gustan, esos dioses del inframundo.

—Abuela, ellos son los dioses griegos.

—Puras patrañas de los jóvenes de ahora, ni saben lo que hablan —dijo la anciana – . Pero niña anda a ver, puede que hay algo que te guste.

Asiento y voy al segundo piso donde se encontraban los libros aún no vendidos. En ese sector para mí era el mejor lugar del mundo, donde podía estar en contacto conmigo misma y con los libros. Cuando necesitaba pensar recurría aquí para armar mis pensamientos y decisiones

Cupido, estás despedido #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora