Actualidad.
Llevaba un año de mala suerte. Le despidieron de varios trabajos, y le costaba conseguir uno el cual sostener.
Además de que había caído en un pozo depresivo. No sabe en que momento fue, solo sabe que lo está, y que le cuesta salir de eso. Y sus pensamientos como hace rato venían jodiendo, y a las que trataba de ignorar, estaban consumiéndolo.
Se sentía desganado y con sueño la mayor parte del tiempo. No tenía apetito ni para comer, menos el sexual, había bajado de peso sintiendo sus huesos cuando se bañaba. Y si es que se bañaba, era tal su depresión que había descuidado su aspecto, y eso no le importaba en lo más mínimo.
Los últimos meses se la había pasado casi como un vagabundo, fumaba cigarrillos a lo loco, ni hablar de la marihuana consumida. A tal punto que apestaba a tabaco, lograba cubrirlo con algún perfume, pero igual se lograba percibir. A su vez, sentía grandes deseos de desaparecer, después de todo no podía ignorar por siempre a su estúpida voz interior que no hacía más que castigarlo día a día con palabras que en vez de alentarlo hacia todo lo contrario.
Ya había intentado varios métodos para quitarse la vida, pero o no funcionaba o se arrepentía a último momento. Desde ahogarse en la bañera hasta asfixiarse con una bolsa en su cabeza atado con cinta alrededor de su cuello, incluso se encerró en su departamento dejando el gas abierto esperando un largo rato el efecto de eso, intento ahorcarse pero era tan mala su suerte que intervinieron en el momento un par de personas a las que luego no vio mas, también trato en ahogarse entre pastillas y alcohol pero termino devolviendo todo quedándose con un dolor de garganta por varios días.
Se sentía perdido y con un gran aburrimiento encima, iba caminando por los callejones de una zona bastante descuidada y donde la luz de la luna apenas lograba iluminar, había pocas personas por ahí. No sabía a donde iba, solo caminaba, igual no tenía lugar al cual volver.
Tuvo un día jodidamente de mierda, es más, se atrevería a decir que la palabra mierda no era suficiente para abarcar todo lo sucedido.
Iniciando por la mañana cuando llego a su trabajo, recibiendo la noticia de que el dueño los reunió a todos anunciando que su negocio estaba en quiebra y que no iba a poder pagarle, cerrando el establecimiento, luego cuando pensó que aún tenía el trabajo del turno tarde, resulta que el bastardo de su jefe lo despidió y no de forma agradable, aunque no lo culpaba, tenía razones para hacerlo ya que recibió varias advertencias sobre eso. Pero las había ignorado. Y cuando se volvió a su departamento para olvidarse de todo y esperar el día siguiente, se vio imposibilitado de hacerlo, ya que cuando llego vio sus pocas pertenencias fuera del lugar con un papel pegado en la puerta. En donde decía que le debía el pago de la renta desde hace tres meses y que al no cumplirla se vio en obligación de echarlo. Perra, que le costaba dejarle unos días más, y encima sin decírselo en la cara.
Estaba irritado y frustrado, así que, insultando hasta su difunta madre, se dio la vuelta dejando sus cosas donde estaba. Estaba decidido, ese día iba a desaparecer. Jeon Wonwoo iba abandonar ese mundo sin que nadie llorara su muerte.
Camino hasta llegar a la carretera principal, no sabía que hora era, pero que era tarde estaba seguro. No corría ningún auto a pesar de ser unas de las principales. Se quedo parado en la vereda esperando la llegada de un vehículo, luego de un rato donde fumo lo que sería su ultimo cigarrillo observo en el horizonte las luces de uno, termino su vicio con tranquilidad esperando a que se acercara un poco más, luego lo tiro al suelo pisándolo con sus pies y soltó un suspiro largo. Y después, avanzo con los ojos cerrados, sintiendo el golpe con fuerza en su cuerpo, tirándolo lejos en medio de la calle. Sonriendo en su interior por el silencio de su mente.
Abrió los ojos viendo el cielo estrellado dándose cuenta que seguía vivo, y soltó un quejido en voz baja, se apoyó en sus codos parpadeando varias veces dándose cuenta que no tenía ningún hueso roto solo un fuerte dolor en donde lo impactaron además de unos raspones.
¿Porque mierda el destino se empecinaba en dejarle seguir respirando?
Suspiro mientras lentamente se levantaba y mirando hacia donde se encontraba el vehículo, pero no alcanzo a analizarlo ya que recibió un golpe que lo tiro nuevamente al suelo, sintiendo el peso de otra persona sobre el que lo sostenía por su remera. Recibió los golpes que venían uno detrás de otro, sintiendo el sabor metálico que se producía en su boca. No sabe cuando empezó a sonreír, ignorando las protestas del contrario y se rió, ya no le importaba nada, es más, ansiaba que lo matara en ese instante.
Cuando se detuvieron los golpes, notando que había otra persona, lo empujo y se levantó caminando lejos de ellos en medio de la carretera riendo como nunca, como si le hubiesen contado el mejor chiste, no sabía cuál era la razón, solo lo hacía y ya. Sintió una mano en su hombro girándole de forma brusca y detuvo su risa, volviendo lentamente a su inexpresiva cara.
Alzo un poco las cejas cuando se dio cuenta que la persona que le detuvo fue alguien con se acostó en el pasado, aquella al cual nunca supo su nombre, pero que ahí estaba, mirándole de igual que él, inexpresivo.
No se dijeron nada, ni cuando lo tomo de su mano y lo arrastro hasta el auto, abriéndole la puerta de la parte de atrás, viendo como el otro que hace unos instantes le pegaba se sentaba del lado del conductor.
"Esta bien, sube."
Dirigió su mirada otra vez al otro, y asintió sin decir nada, sentándose en los asientos traseros sin cuestionarse sus acciones. Cuando el motor se puso en marcha apoyo su cabeza en la ventana observando la ciudad que se encontraba silenciosa.
"Por cierto, mi nombre es Wen Junhui y el de él, Kim Mingyu."
"Puedes llamarme Jun"
Asintió sin quitar la vista de afuera dejando un silencio en el lugar, al fin sabia el nombre de su amante pasajero, después de unos minutos se dignó a hablar.
"Jeon Wonwoo"
Y cerro sus ojos, ignorándolos a ambos, sin preguntar hacia donde se dirigían en plena noche, donde la luna nueva brillaba siendo testigo de cómo las vidas de tres desconocidos se juntaban.
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CORROMPIDOS.
Teen FictionUna historia donde Wen Junhui, Jeon Wonwoo y Kim Mingyu se conocen. Ignorando el pasado de cada uno de ellos y disfrutando del tiempo que pasan juntos sin pensar en las consecuencias.