MinWonHui.

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Cuando Mingyu encontró al joven extranjero con sangre en su cuerpo, apunto de ser arrollado por él, no pensó en porque estaba así ni nada, solo lo invito a huir con él debido a que bueno, por un instante se vio reflejado en su yo del pasado, ese de cuando huyo de donde vivía.

No hablaron mas luego de presentarse mutuamente, iban ambos cada uno en lo suyo, el manejando tranquilamente aun sin saber a donde diablos iban, y el otro tal vez sumidos en sus pensamientos.

Cuando iban por la autopista principal, la que nos alejaría de ahí, aprovecho la solitaria noche y acelero un poco, queriendo probar la velocidad del precioso vehículo.

Aun que no logro hacerlo hasta al fondo, ya que cuando iba por la mejor parte, tuvo que frenar de golpe debido a que un sujeto se había cruzado siendo golpeado por el. Lo que le faltaba, un cargo de asesinato por culpa de un pendejo suicida, la primera vez lo iba a dejar pasar porque el chino iba distraído, pero esta no, porque era obvio que se lanzo de forma voluntaria.

Así que se bajo del vehículo con el enojo encima, viendo como el desgraciado aun estaba vivo, levantándose como si nada, no le dio ni tiempo a que alzara su rostro que empezó a pegarle, si tantas ganas tenia de morir, pues entonces no tenia ningún jodido problema en ayudarlo.

Sentía como sus puños se llenaban de sangre, y como el contrario ni se defendía, provocando le a pegarle con mas ganas. Ni se dio cuenta que se reía, porque estaba tan concentrado en matarlo a golpes, que todo a su alrededor le chupaba dos huevos. Volvió en si, cuando jalaron de si para que se detuviera, escuchando como Jun lo llamaba por su nombre, pidiendo que se detuviera. Lo miro a los ojos alzando su ceja, y frunció el ceño cuando se sintió empujado por el suicida, viéndolo caminar en su mal estado riendo como imbécil.

Volvió a mirar a Jun desde su posición, viéndose mutuamente otra vez, al parecer se estaba volviendo una costumbre, y suspiro levantándose como si nada, pasando su mano por su cabello frustrado, caminando de vuelta hasta el auto.

Cuando llego a el, se giro a mirar a los otros, resignado a cargar con otra persona en su escape a la ciudad. Se subió y espero por ambos, ignorando su intercambio de palabras. Volvió a retomar su camino, esta vez manejando tranquilo, no tenia ganas de cargar con otro suicida loco. Porque ya saben, tres son multitud ¿No?

Estuvo toda la noche manejando, había bajado un poco la ventana ya que se le estaban cerrando los ojos, miraba por el espejo retrovisor al suicida llamado Wonwoo y volteaba de a rato, también viendo a Jun insultándoles por dentro ya que el también quería dormir. Podría haber preguntado quien manejaba para rotar, pero vaya a saber hacia donde lo llevarían si dejaba que otro manejara.

Hizo una mueca cuando noto que se agotaba el tanque, quedándole poca gasolina, esperaba llegar a alguna estación de servicio porque si no, estaban jodidos si se quedaban varados en medio de la nada. Después de lo que seria medio km encontró una estación de servicio, deteniéndose ahí, avisando a los otros y se bajo, estirando su cuerpo.

Estaban los tres descansando, aprovecharon hacer sus necesidades, ya era medio día y todavía no se decidían que hacer. Mingyu se puso a revisar con mas detalle el vehículo robado, revisando todo por dentro, solo le faltaba el baúl. Tomo las llaves, balanceándolas y se dirigió hasta la parte trasera, abrió el condenado baúl y alzo una ceja cuando lo encontró solamente con un bolso gigante. Miro de reojo a los otros, quienes se encontraba uno recostado mirando al cielo y el otro apoyado en la pared del lugar fumando tranquilo y se dispuso a abrir la cosa misteriosa.

Silbó alto cuando se encontró con un montón de dinero, y sonrió en victoria, le hizo una seña para que se acercaran, teniéndolos en un segundo a cada lado, viendo sus expresiones de sorpresa. Se miraron entre ellos y se sonrieron cómplices.

CORROMPIDOS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora