s i e t e

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SeokJin odiaba ver su corazón roto. 

Deseó reconstruir cada día un pedazo, mientras miraba las paredes de su cuarto. 

Quería una de sus sonrisas, una noche más para poder olvidar. 

Bailar sin sentido, sin necesidad del alcohol en sus venas andar. 

 No puedes salir, Jinnie.  

Su pecho se apretaba, ¿por qué no podía verlo?

Han pasado meses, y quería correr a su encuentro. 

Quería que se contasen sus cortadas, que con sus palabras las cicatrizaran. 

Lo extrañaba y tenía miedo de eso. 

Se repetía que no podía dejar derretir su corazón. 

No podía dejar destruirse como un elemento frágil, atrapado en las fantasías de su amor perfecto, negando la realidad, como el buen soñador que fue.

No podía permitirse volver a ser lastimado, andar en la oscuridad con sus brazos aferrados al pasado.  

Las luces caían como estrellas fugaces, él voló escapando.

"Vuelve, vuelve", cantó su progenitora, con sus sonidos desafinados pero armoniosos para el oído de su bello hijo. 

 Iré a comprar para una tarta.  

Pero a esta hora los ángeles volvían a casa, iniciando sus espectáculos más crueles los demonios. 

Rojo, naranjo, los colores del cielo pintado, invitando al infierno, porque SeokJin ya había sido invitado anteriormente. 

Y tal vez el moreno era un demonio, llenando el alma del ángel con su oscuridad, llevando el mal a su cuerpo una vez más. 

¿Qué mejor manera de hacerlo que rompiendo el corazón del bonito chico?

El águila ya había tomado su presa, desapareciendo entre los aires. 

Dos hombres se abrazaban, un chico los observaba. 

Un balde de agua fría al castaño le cayó. 

La lata de cerveza colgaba, las puertas se cerraban.

La noche ya había hecho su aparición, el menor se había vuelto su dulce maldición. 

"¿He llegado muy tarde? ¿Estoy solo de nuevo?"

Deseaba que la cordura se fuera de una vez, como el moreno lo hizo con él. 

loveless | namjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora