t r e c e

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Cierra la puerta, colocando el seguro, abriendo el del corazón,  dejándose lentamente arrastrar por la pared.

No puede olvidar el rostro del muchacho, observándolo completamente congelado. Quiere ponerle fin al teatro que realizan sus almas, personajes de esta cruel creación infernal el cual han de vivir.

Toma un respiro y rebobina, sintiendo sus manos acariciar su rostro, queriendo revivir al muchacho que lentamente fallece en sus brazos y lo escucha suspirar.

"Mátame suavemente, tal como ellos lo hacen"

Detiene su respiración, riendo levemente segundos después, eran unos malditos hipócritas, creyendo que reconstruirse el uno al otro los ayudaría. Namjoon lo sabía y se repetía, sus piezas no encajarían, él no llenaría ese espacio jamás.

Lo tiene ahí, desvaneciéndose en sus brazos mientras lo mira a sus ojos.

"No siento nada, ¿entiendes?"

Sus lágrimas cayendo como una cascada, limpió estas y lamió sus mejillas como si fuera el elixir que lo mantendría en vida.

¿Cómo terminó esto así? Sintiéndose una partícula de polvo insignificante, un cero a la izquierda, una simple basura que podrían todos pisar,

sin embargo el mundo parecía cambiar cuando lo tenía ahí, en sus brazos, queriendo poseer el mundo que se encontraba en su corazón.

Sus puños apretados, sus lágrimas cayendo sin cesar dentro de ese baño. Retumbando el llanto del muchacho.

"No puedo decirte, no puedo, Joonie"   

No podía dejarlo ir, no podía continuar tranquilamente sin poder tener un desenlace adecuado que lo haga reescribir su historia de alguna vez por todas.

Los colores del cielo pintando el blanco lienzo que era su piel, llevando sus manos a su cuello y rogándole convertirlo en colores opacos, sonriéndole.

¿Por qué ríe en instantes como esos?

Estaba muriendo, en cada palabra, en cada acción,

su garganta lo asfixia, su cuerpo lo engaña y lo hunde en un mar oscuro.

La soledad fue el arma letal que terminó por acabarlo, la única bala que atravesó su pecho sin avisar.

— Morir en vida, ¿eh? Ya lo comprendo.

Como una mariposa agonizando, como un edificio derrumbándose,

como un corazón no palpitando, 

un celular sin batería, un fuego apagándose

era una pequeña estrella opacada por su tristeza y falta de amor,

jamás se daría cuenta que su luminiscencia irradia cada rincón de su interior.


loveless | namjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora