loveless | namjin

o n c e

" No puedo escapar, bebé ".

Pero ya era muy tarde para su bella alma, la ambulancia se encargaría de llevarla, revelando los secretos profundos de su corazón.

¿Y él? Lloraría, sus lágrimas limpiarían los besos de hace unas horas, el lío de sus almas no tardarían en extenderse.

Y el mayor no aceptaría que era imposible desunirlas, dificultando la finalización del rito tan mágico que una vez intentaron llevar a cabo.

Gritó en la ahora vacía calle, las personas serían testigos del alegre chico derrumbarse y las sonrisas hipócritas intentarían botarle.

Buscó al dolor, al ciclo que lo mantenía en él, pero era tan invisible su presencia, que nadie lo notaría, y el hombre que una vez a la mujer más hermosa le juró amor lejos arrancaría.

Y volvió a correr, la debilidad de sus piernas no sería capaz de cortar los lazos, el cachorro buscaba a su madre debajo de los letreros que cegarían la luz que lentamente se apagaba, las cadenas se enredarían sin embargo nadie sería capaz de nada.

Tan valiente, tan débil.
Tan solo, tan poco amado.

El hospital tan lejano, como la felicidad junto al más alto.

Llegó a la conclusión que decepcionó su alma, que la llevó al límite humano.

Si su madre no puede escapar, el contrario jamás podría.

La mujer era su vida, y él no se suicidaría.

Dejaría que los gritos cortaran lentamente su garganta, que el placer de la maldad fuera la sonrisa siendo desgarrada.

Pero el callejón sin salida estaba tan en frente suyo, las imaginaciones no eran tan lejanas después de todo.

Recorrió su mundo, retrocediendo cada paso que hubo una vez hecho, control z sobre su vida.

El moreno luego las rehacería.

— Señor Kim, las heridas de su madre no parecen ser de un accidente.

Palabras tan ciertas pero que se encargaba de cubrir ya que su madre no quería desmentir.

Lloró y lloró, la belleza planeaba irse en aquel pálido cuerpo de su progenitora, la pena ahogaba sus corazones sin permitirles avanzar una vez más en el camino de la vida.

Él podía sentir a Hades en sus narices, manejándolos como marionetas junto a los crueles dioses.

Quizás, sólo quizá sea que el de cabellos morados corte las cuerdas.

No, no podía hacerse falsas esperanzas, todos sabían la cruel realidad.

Pero quizás, sólo quizás el menor había sentido su pecho oprimirse cuando la llamada había finalizado, sin entender sus sentimientos y los del contrario.

"Estoy bien"

Y sólo eso bastó para que la angustia comiera sus intestinos mientras cerraba sus ojos a la noche, mientras intentó aclarar el agua.

Para el mayor fue lo único que bastó para desear ese beso antes del balazo que estaba a punto de darle a su vida, cuando la rabia consumía lo que alguna vez fue esta.

Para ser sincera, me siento bastante descontenta con la calidad del capítulo pero me siento emocionada tbh porque estamos en una "recta final" un poco lejana. Tengo clarísimo a dónde irá la historia, sólo que al escribirla se me va todo. Todavía queda que Namjoon se entere de la realidad, que ambos acepten sus sentimientos y más cosas. 👀

Gracias por leer mi creación, los amo.