u n o

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¡Vete a la mierda! 

El ruido de vidrios quebrándose resonó por la habitación mientras salía hacia las afueras dando un portazo que probablemente ni siquiera se pudiera haber escuchado a causa de la alza de voz que había en casa. 

SeokJin siempre se preguntaba porqué le tocó este estilo de vida, pero nadie era capaz de darle una respuesta, ni siquiera su madre.

Caminaba en una cálida tarde de otoño, donde ni si quiera los pocos rayos de luz que lo alcanzaban lo abrigaban y como siempre, la soledad es su acompañante. 

Por alguna razón abraza siempre su cuerpo en búsqueda de calor, pero nunca era suficiente.

Iba sin rumbo buscando algún lugar donde pudiera sentirse libre, sin ataduras, pero bien sabía que al final volvería al mismo infierno.

¿Por qué no simplemente escapaba? Sabía muy bien que a su madre no le importaría.

Pero no podía, simplemente no se lo podría permitir. Sabía muy bien que si se largaba ya no tendría absolutamente nada.

Pero cada vez que se encontraba ahí, presenciando aquellos actos, la desesperación venía hacia su persona intentando apoderarse de él, y como un tonto corría sin mirar atrás. SeokJin era incapaz de hacer algo.

Cada vez que se encontraba ahí, su cuerpo comenzaba a arder, sus manos temblaban mientras se encontraba en aquella esquina sin salida.

Pero ya no le importaba, o eso él creía. Se esforzó para dejar de que sus lágrimas decoraran su bello rostro cada vez que sufría, se esforzó para poder acostumbrarse a aquellas cosas insanas, se esforzó para cubrir con una capa de hielo su dulce corazón.

Y ahora ahí se encontraba, sentado en un lugar que no conocía, con sus manos apoyadas para que pueda mirar mejor los colores naranja que pintaban al cielo mientras respiraba el fresco aire del lugar. No tenía ni idea de cómo llegó ahí, ni cómo regresará, lo único que sabe es que al finalizar el día debe volver si es que no quiere recibir un castigo que sabrá que no cumplirá.

El peso de sus cadenas aumentaba a medida que el tiempo pasaba, el hueco en su corazón se agrandaba y ya no sabía qué hacer para poder rellenar aquel vacío que sentía. 

¿Dinero? No, jamás lo ha sido para él. ¿Salud? A pesar de todo cree que le sobra. ¿Qué le faltará? ¿Su presencia?

Y como si un rayo de sol lo iluminase al venir la respuesta a su mente, suspiró: amor.

Oh, aquella palabra que la quitó de su diccionario hace mucho, aquella palabra que todos le decían pero que lo negaba, aquel sentimiento que toda la gente le repetía que le faltaba, aquel sentimiento que no todos podían poseer y que claramente él jamás lo podría tener. 

Porque él tenía claro que nada era un final feliz. Él tenía claro que se encontraba en un agujero negro.

SeokJin tenía claro que no tiene amor alrededor.

loveless | namjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora