Capítulo 2

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— ¡Ay! estoy cansadísima neta, cansada de mi padre y sus viajes, cansada de la fresa nerd de mi hermana, y obvio de la bruja de Sonia—le dije a Leo.

—Pues ya lo sé, ¿qué tú crees que eres la única cansada o qué?, porque te recuerdo que yo también tengo una familia disfuncional—me dijo Leo.

— ¡Ya, quieren disfuncionalidad!, no anden de nenas, creen que yo no estoy cansado, ¡eh!, pues siquiera ustedes estudian, yo si supiera lo que perdía, te juro que no me hubiera salido de la escuela y me hubiera casado con la Dani, neta si hubiera sabido que la Dani que estaba bien guapa, se iba a poner tan gorda y me iba a dar tres chamacos y todavía de pilón, me iba a hacer trabajar todos los días con el viejo desgraciado de su padre como mi jefe y luego me iba a engañar con el maldito del Sami que se hacía pasar como mi amigo, si lo hubiera sabido yo no estaría aquí—dijo llorando Memo y todos nos callamos hasta sus dos horas de pláticas sentimentales.

—Ya, cállate Memo, ¡no ves que traigo jaqueca! —le respondí enojada pues me ardía la cabeza, era un idiota, y sabia que mañana se iba a arrepentir, porque si hay algo que quería era a sus hijos.

—Ya, vámonos ándale Luisa, estoy bien borracho—me dijo Leo y como yo esta igual, nos despedimos de Memo, y nos fuimos a casa.

Todo el camino fue un maldito desastre vomite tres veces y nos detuvimos dos a hacer pis pues este tonto parecía fuente. Además de que por lo borrachos no íbamos a mucha velocidad.

—Llegamos a tu casa, Luisa—dijo Leo por fin.

—Gracias, te veo mañana—le respondí, y es lo más cordial que le he dicho al chico.

No sé cómo entre pero me acuerdo que entre y veo una sombra parada en la puerta, por un momento me imagine que era Lindsay pero mi suerte no era tan buena, ya que era Sonia.

— ¿Qué horas son estas de llegar, jovencita? —mire la hora en mi teléfono y no era tan tarde solo las 11:25 p.m.

— ¡Ya!, me duele un montón la cabeza no estoy de humor para regañitos—le dije molesta.

— Mira mocosa estúpida, a mi no me hablas así no soy tu soy tu estúpida madre, a mi me respetas—me dijo

— ¡Ay tranquila!— me ardía la cabeza que ni pensaba con claridad y casi no me percato que lo dijo de mi madre— Espera, estaré borracha pero no tonta, a mi madre la respetas—le dije enojada, no la golpeo por 3 razones. Primera: Estoy borracha y me podría vencer con facilidad, Segunda: Si se entera papá, me corre, y por supuesto Tercera: Lindsay la defendería a ella, y jamás me pelearía a golpes con Lindsay.

—No me hables en ese tono jovencita, tu madre no está aquí para defenderte, ya que ella está muerta, superarlo.

—Deja de meterte con mi madre, agradece que no te hago nada, por Lindsay y mi papá.

— ¡Ay, te crees tan madura pero eres solo una niña tonta, no me puedes hacer nada!—me dijo por una sonrisita que me molestó.

—Mira, mejor ya cállate—Estaba harta y en otro día le hubiera seguido contestando pero no hoy estaba demasiado borracha y muy cansada—Mira, yo me voy a dormir—le dije muy molesta

Camine como pude a mi cuarto y dormí como si no hubiera mañana.

The Twins WhiteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora