Domingo
Luisa
Me visto como se me pidió, tenis negros, pantalón negro, blusa de cuello, y una chamarra negra de Leonardo (para que me quedara grande y fuera más fácil guardar el reloj sin que se notara)Ayer Camila pensó en pedirle a Gumaro un chaleco antibalas, sin embargo sería muy raro para Edward y su padre el hecho de que yo lo trajera, y podrían cambiar de opinión.
Llego a la dirección acordada a las 6:58 a.m y estamos entrando al otoño, y plena mañana así que hay un leve viento helado, que no me incómoda, Aunque estoy nerviosa en cómo estará Lindsay, con esa bruja no hay que confiarse.
Toco la puerta y me abre Edward y me mira de arriba a abajo, y viendo vengo sola. Le tuerzo los ojos. Cuando termina de examinarme y no ve nada raro (gracias a dios, no me intenta revisar) me sonríe.
—Pasa preciosa.
—Gracias
Entro a la oficina y veo papeles por todos lados, Bruce solo agarra un orden para poder entrar al lugar y una pistola y le otra a Edward y pienso que me va a dar una a mi pero no lo hace.
—Vámonos—dice Bruce
—Deja voy al baño un momento—dice Edward
—Okey—cuando Edward se va, El señor Mars incómodo dice que va a encender el auto, que lo espere un momento.
Yo aprovecho el momento en el que salen para agarrar un arma y guardarla en mi chamarra
Y sale Edward del baño, le explicó y nos vamos al sitió el cual es un edificio de dos pisos abandonado.
Bajamos del vehículo, y ambos me piden silencio, lentamente abrimos la puerta y caminamos lo más lento posible, el lugar se ve como si no se hubiese limpiado en años, está lleno de tierra y telarañas, huele a humedad, y esta frio veo que Edward y su padre caminan sigilosamente y yo los imitó.
Llegamos a un cuarto con dos sillas, y veo a una muchacha de cabello negro amarrada y encorvada, sucia y con el cabello mal amarrado, y suelto un chillido cuando me doy cuenta de que es Lindsay.
Edward me dice que guarde silencio pero es muy tarde ya que veo a Sonia del otro lado apuntándonos.
—Luisa, que sorpresa, vaya que te ves diferente sin maquillaje y con esa ropa.
Lindsay despierta y le tira una mirada de odio a Edward y luego me mira a mí y abre más los ojos y más cuando me ve sola.
Va a decir algo pero Sonia la calla de un revés y a mí me arde la sangre, estoy a punto de lanzármele encima, cuando Edward me sostiene muy fuerte.
—Muy bien Eduardito
—Ya te he dicho que no me digas así, mamá
— ¡MAMÁ!
¡QUÉ DEMONIOS!
Entonces Edward se comienza a reír, y luego pará abruptamente y entre él y su padre me intentan sentar en la silla al lado de Lindsay, lo logran pero no sin antes ganarse algunas patadas y arañazos de mí parte. Me amordazan como a Lindsay y yo finjo tener frío y me meto las manos a la chaqueta y oprimo el botón y comienzo a grabar.
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The Twins White
Teen FictionHabía una vez dos hermanas que aunque eran gemelas eran muy distintas. Lindsay era la típica chica lista de la escuela, aunque demasiado confiada. Luisa por su lado, era la clase de chica que cualquier persona consideraría rebelde, maleducada y no...