Capítulo 8

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¿Nos vamooos? ¿Y Rebecca, no va?- preguntó ansiosa mi madre, al menos me gusta ver es sonrisa, me comportaré en la cena.

-No, dijo que se sentía un poco mal y se quedaría, ¿vamos?

Caminamos tres cuadras y llegamos a una casa muy linda, con un césped impecable y arbustos muy bien podados, era grande, las paredes de afueran estaban pintadas con un verde oscuro y la puerta y las ventanas eran de color blanco, estaba un poco nerviosa, no sabía que pasaría, aun no se me sacaba de la cabeza la idea de que era el padre de Nickolas. Nos acercamos a la puerta y tocamos el timbre ¡Que no sea, que no sea, que no sean familia de Nickolas! Abrió la puerta un hombre alto, se le veía que hacía ejercicio estaba tonificado, muy simpático, aparentaba unos 30 años, nos miró con una cara de felicidad y amabilidad.

-Pensé que no vendrían, pasen adelante- dijo abriendo la puerta para que pasáramos. Entre y ¡Wow!, que linda casa, todas las paredes eran de color beis, vestidas de hermosas cortinas negras y mientras entraba note un estante de vidrio que tenía trofeos, medallas y fotos. Quise ir a verlo más de cerca pero mi madre no me dejo, seguimos caminando hasta la cocina y era también hermosa y ordenada, sin duda alguna, aquí vive una mujer, tenía un mesón de piedritas negras, un comedor grande de 6 personas, el comedor estaba organizado, tenía cucharillas, cuchillo, tenedores, plato, servilleta, parecía un restaurante.

-Siéntense están en su casa- nos dijo el señor Marcos Beldad, reímos y nos sentamos.

-Ah, ella es mi hija, Emma Lacer- Dijo mi madre, estreche su mano, viendo como un niño rubio, aproximadamente de 6 años corría hasta la silla del comedor.

-Mucho gusto Emma Lacer-Dijo el señor.

-Marcos Beldad el gusto es mío, ah, él es mi hijo menor Mark, saluda Mark- le ordeno Marcos a Mark.

-Hola, me llamo Mark Jeremiah Beldad Grey, ¿cómo te llamas?- el niño me estrecho la mano, que ternurita ¡Ja,ja,ja!, procedí a darle un apretón.

-Hola Mark, me llamo Emma Lacer Parkert, un gusto pequeño- Le sonreí y me dirigí a el señor Marcos.

-Si él es el menor, ¿Dónde está su hijo mayor?- Le pregunté.

-Él está comprando un vino en la otra cuadra, de seguro se caerán bien- Me dijo guiñándome el ojo.

-De seguro- le dije sonriendo.

-Papi ¿qué vamos a comer?, tengo mucha hambre- Dijo Mark, causando risas.

-Ya traeré la comida Mark- Marco se levantó y sacó del horno un pollo que olía ¡Riquisimo! Y lo puso en la mesa, sacó de la nevera un tazón de ensalada, otra taza con arroz, platos con tajadas, papitas y arepitas, otra taza con Yuca y bollitos, saco un jugo de naranja y dijo que esperaríamos a su hijo mayor, todo se veía y olía bien, se me había despertado el hambre rápido, ¿dónde estaba ese chico?. Esperamos 5 minutos y escuchamos la puerta principal abrirse.

-No coman sin mí, ¡ya llegue!- dijo una voz conocida, era él, era... Apareció con una bolsa de golosinas y 2 vinos en las manos. Nickolas Beldad...

-Laceer- dijo estirando cada letra de mi apellido.

-Nickolas- le dije no muy emocionada, ¡espero tenga mamá, espero tenga mamá, espero tenga mamá! Era lo único en que podía pensar en estos momentos.

-¿Ya se conocen?- preguntó el señor Marcos, tomando los vinos y sirviéndolo en las copas.

-Sí, ella es la chica de la que te he estado hablando padre, la que juega fútbol- Le dijo Nickolas a su padre, sonriendo y mirándome.

365 días para NO enamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora