◼ Capitulo 29 ◼

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Desperté por la alarma de mi celular que resonaba por toda la habitación, la apague y enseguida me metí a bañar. Para hoy decidí ponerme un short de mezclilla, una blusa azul pastel y mis tenis de uso diario, hago una coleta en mi cabello y bajo a desayunar con mi mamá.

-Ya casi terminan las vacaciones -me dice mientras me da un plato con mi desayuno

-Sí, es una pena que las vacaciones no sean para siempre

-Animo hija es tu semestre en el bachillerato

-Sí, lo sé -digo emocionada

-¿Irás a la florería?

-Sí, ayer en la noche el señor Rosales me dijo que tenía algo muy importante que decirme

-Eso suena mal

-¿Por qué? -le digo frunciendo el ceño

-Solo olvídalo cariño, mucha suerte

Término con mi desayuno, limpio los trastes, los acomodo y salgo de la casa. 

Como siempre decido ir caminando y cuando llego hasta la florería del señor Rosales le sonrío feliz de saber que ha regresado con bien de sus vacaciones pero él permanece serio detrás del mostrador.

-¿Qué tal sus vacaciones? -le pregunto emocionada porque me cuente los detalles

-Fueron increíbles -dice forzando una sonrisa

-¿Pasa algo señor Rosales? -le pregunto al verlo de esa manera y la sonrisa se va esfumando lentamente de mi rostro

-Lo siento Abril, pero estás despedida

Me quedo sorprendida, mejor dicho impactada porque jamás me pasó por la cabeza que algo así me fuera a decir. 

-¿Qué? -le pregunto muy confundida

-Estás despedida -dice serio -Ya no trabajaras aquí

-¿Pero por qué? ¿Hice algo mal? -pregunto con nerviosismo

-No, has sido la mejor empleada que he tenido, pero...

-¿Pero?

-Solo vete, sé que conseguirás otro empleo, eres muy buena haciendo cualquier cosa

Asiento con la cabeza, mientras trato de comprender porque me esta despidiendo, así como si nada.

-Gracias, por todo señor Rosales -le doy media sonrisa y salgo de la tienda

Comienzo a caminar sin rumbo, me siento en una banca y comienzo a pensar en que haré, mi mamá no puede con todos los gastos de la casa y ahora los de mis estudios, tengo que encontrar trabajo lo antes posible.


*** Narra el señor Rosales ***

Veo la tristeza en los ojos de Abril, sé que necesita el trabajo, pues desde que murió su padre, su madre lleva todo el cargo sobre sus hombros. 

La señorita Gisele sale de la parte trasera de la tienda, donde se estaba escondiendo para asegurarse que hiciera las cosas bien.

-Perfecto, cumplió con nuestro acuerdo, aquí está el cheque -me tiende un cheque con la cantidad acordada

Con este dinero podre vivir por un buen tiempo sin preocupaciones y remodelaré la florería, mi conciencia está mal porque tuve que correr a Abril, pero sé que es por el bien de mi familia y de mi negocio.

-Y recuerde, usted y yo jamás nos conocimos -dice la señorita Gisele -Disfrute su dinero señor Rosales -la chica sale de la tienda


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