¿Comprometida? (parte 2)

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Aquel fin de semana fue la experiencia sensorial de "volver a caer", cada vez se reconocían de mejor forma los pasos para encaminarse a un reencuentro.

Pero aquel domingo por la noche todo cambió.

No me había dicho toda la verdad, y yo estaba en lo cierto al sospechar que algo me ocultaba, algo no quería decirme, algo le dolía de más... y lo supe: Se había comprometido, con anillo en el dedo, con acuerdo ante las familias. Comprometida.

Todo se remontaba a un par de semanas atrás, el día de su cumpleaños. Ella salió con Raúl, su mejor amigo, quien no sólo se le declaró, - como Francisca me había contado - sino que, le pidió matrimonio. Y ella aceptó.

Aceptó.

Esa misma semana se convenció de que me amaba, en la playa, el día que celebré su cumpleaños; y sin embargo, dos días después se comprometió con su mejor amigo.

Ahora entendía todo, por eso intentó alejarse, esa era la razón de tanta culpa, y la causa por la que me terminó...

¡Rayos! Mi mente explotaría esa noche, hablando con ella por teléfono, escuchando su incesante "perdón, perdón, perdón, perdón Valentina".


No puedo contarte, no puedo decírtelo. Me odiarás. No quiero perderte. - Repitió una y otra vez antes de confesarme su situación.

- Confía en mí, hemos compartido lo suficiente como para confiar. - Le insistí.

- Pero esto es diferente, soy tan estúpida. No puedo, no puedo decirlo... - Se notaba su desesperación al otro lado del teléfono, como tomaba aire para hablar y luego se ahogaba con las palabras, al parecer, demasiado grandes para salir de su boca.

- Cuéntame, por favor...

- Lo peor es que ya lo sabes, o lo sospechas. - Eso hacía certeras mis dudas.

- Pero quiero que tú me lo digas... - la incité.

Pasaron minutos, seguro intentaba buscar las mejores palabras o intentaba decirlo de la manera menos cruda.

- ¿Recuerdas que una vez hablamos sobre la forma en que las personas como tú y yo fingimos estar con un hombre para aferrarnos a eso y no caer de nuevo? ¿Lo que me dijiste de William? - Lo recordé perfectamente. Lo hice con Emanuel, intentar ser feliz con un hombre solo para no caer de nuevo con una mujer.

- Si... - Aún así esperaba que me lo dijera con todas las palabras. Si ella estaba con un chico quería que me lo dijera tal cual, si amaba a otro debía ser sincera.

- Pues eso... - No diría nada más, tendría que preguntarle yo.

- Pero, claramente, no es William, - Sabía que no era él. Era Raúl. Había visto una foto en Instagram de un anillo en su dedo hace unas semanas, pero no había querido tomarle importancia. Ahora sabía La verdad.

- Si... - Le estaba costando cada vez más hablar.

- Es Raúl. - Sentencié.

- Si.

Guardé silencio, necesitaba asimilarlo.

No me amaba, me engañó semanas... ¿ O si me amaba?

Valentina, no puedes juzgarla, hiciste lo mismo y te hubiera gustado que alguien te entendiera, que alguien te dijera que no eres mala, que todo va a arreglarse - Me dije a mi misma. En ese momento no importaba lo que yo sintiera, si me lo había contado era porque necesitaba ayuda, porque estaba mal.

Seguía pidiéndome perdón.

- ¿Me odias? - Preguntó.

- ¿Cómo voy a odiarte? Te entiendo, estoy aquí.

Amor Irreverente (Daniel 2:22)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora