Temblores y terremoto.

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"Porque una vez me viste temblar

Y en vez de taparme

Te desnudaste conmigo..."

(Irene X)

En Chile los movimientos sísmicos dejaron de ser fenómenos anormales y se convirtieron en sucesos cotidianos desde la creación del mundo. Pero aquel fin de semana la poca estabilidad de la tierra a mis pies fue... excesiva. Supongo que no sólo por los sismos, sino por lo mareada que estaba ante tanta ansiedad, rabia y dolor.

El día lunes sería una jornada diferente, comenzaba mi pre práctica profesional en un colegio urbano que contemplaba de pre-kinder a octavo básico. (Estoy estudiando en segundo año de Pedagogía en educación básica y cada semestre participo en clases de algún establecimiento educacional de la región). Había estado esperando con ansias ese día, y no podía hablarle a ella para contarle cómo me sentía, estaba medianamente feliz por la nueva experiencia que comenzaría, sería mi segundo curso. Me gustaba formar parte de la educación de los niños, aunque mi vida fuera un desastre quería que la de ellos no lo fuera.

Al ingresar a clases con octavo básico, lo primero que informaron fue las medidas a tomar en caso de sismos fuertes que merecieran evacuación. - Una vez más debí prestar atención a las insinuaciones o señales que advertían lo que se avecinaba. - El día transcurrió lento, pero los alumnos eran maravillosos y rompieron todas mis malas expectativas acerca de pre adolescentes de octavo básico. - Al parecer no todos los niños se comportaban igual que yo en su pubertad, tenía muy malos recuerdos. - Fue un día provechoso en mi formación docente, casi olvidé por un momento lo mucho que la extrañaba, casi.

Al salir de clases fui inmediatamente a mi casa, estaba cansada, no había dormido bien la noche anterior y me hubiera encantado poder dormir antes de tener que asistir a clases de canto, pero fue imposible.

Había acordado encontrarme con una amiga cristiana luego de mis clases, Tamara, aunque la verdad solo era una estrategia para no esperar a Francisca y evitar cometer una estupidez. No tenía ni el menor interés en asistir a clases, me estaba obligando a mi misma. Esa sensación de estudiar canto para "alabar a Dios" o servir en el área de la alabanza en el templo me estaba molestando, estaba realmente a la deriva en cuanto a lo que quería con Dios, pero estaba pagando así que debía ir. (Fue mi peor argumento).

Casi llegando a clases Tamara me llama por teléfono para decirme que ya me estaba esperando cerca de donde yo estudiaba, tendría que esperar 1 hora y media. Estuve a punto de faltar a clases para juntarme con ella, pero decidí que lo mejor era cumplir con mi deber, algo correcto que hiciera con mi vida.

Al llegar al templo donde se realizaba el taller de canto me dispuse a calentar inmediatamente (ejercicios de relajación, de respiración, mover las extremidades, etcétera). Aún no comenzaba la clase y con mil cosas en mente pretendí no desconcentrarme. Cuando el profesor nos llama a reunirnos para comenzar luchaba con todas mis fuerzas por mantener una disposición para trabajar.- siempre me ha sido difícil cantar, por el simple hecho de que soy demasiado nerviosa e introvertida. - Una vez reunidos comenzamos con la primera escala para calentar la voz.

Súbitamente un sonido constante de algo chocando nos distrajo, algo en el techo, luego todo comenzó a sonar, yo no sentía nada ¿Estaba temblando? - No era la primera vez en la semana que mi cuerpo no percibía un sismo por mis constantes mareos. - Miré a mis compañeras.

- Está temblando. - Dijeron al unísono (El profesor debía estar orgulloso por lo coordinado de sus voces juntas).

- Es fuerte, no para.- Agregó el profesor entre nervios. Evidentemente el temblor no cesaba.

Amor Irreverente (Daniel 2:22)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora