Apenas entró al departamento Makoto suspiró con cansancio y encendió todas las luces del lugar recorriendo el piso con la mirada.
Bueno... donde debería estar el piso; por que este estaba cubierto de ropa limpia, sucia, muy sucia, basura, cartones de cerveza, envases, botellas, vasos de comida instantánea. Aquel lugar seria el hogar tan deseado del Ecoloco* sin lugar a dudas.
Además de toooodo lo antes mencionado miró el bulto más grande, aquel que ocupaba mas espacio, ese que ahora lucia pálido, sucio, ebrio y con una barba como de 3 días y estaba inconsciente.
Kiyoshi.
Kiyoshi baka Teppei.
Acercándose al cuerpo, pateó con su bota (porque ni loco iba a quitarse los zapatos en un lugar tan sucio) el pie descalzo del castaño.
-hey... ¿sigues vivo? ¿Ya me puedo llevar tu laptop? Recuerda que te dije que si morías me la tenías que heredar.
Ninguna respuesta, solo un ligero sollozo de ebrio que parecía más el gemido de un perro lastimado.
-ven acá estúpido... te me largas a bañar en lo que yo limpio acá-
Aunque Teppei era 14 centímetros y pesaba como 14 kilos más que él hace no mucho, Hanamiya se sorprendió (justo como la vez pasada) que Kiyoshi había bajado otra vez de peso. A lo mejor una dieta basada en alcohol puro no era lo ideal para la sobrevivencia de una persona...
Teppei medio despertó, medio ayudó y medio se cayó encima del moreno en todo su camino al baño. Su expresión lejana, sus ojos ajenos a cualquier emoción eran... molestos, a Makoto le daban ganas de hundir su cabeza en el retrete a ver si de pura casualidad regresaba aquella cara estúpida que otrora identificaba al ex base de Seirin.
Makoto ya conocía aquel departamento... no era la primera vez que estaba ahí, así que caminó al pequeño almacén donde estaban las escobas, las mopas y los limpiadores y de manera eficaz y rápida limpió el lugar. Si de el dependiera, hubiera quemado toda la ropa (es más... hubiera quemado toda la casa), pero como no era suya y no pensaba comprar algo que no fuera para él aventó las prendas a la lavadora y la puso a funcionar.
Terminó como en 40 minutos y Kiyoshi aún no salía del baño.
Como si fuera Juan por su casa**, entró al baño y no se sorprendió de ver al tonto ese, debajo de la regadera, de pie como si fuera un horrible tronco torcido.
-aahh no puedes hacer nada por ti mismo imbécil...-
El moreno rápidamente se quitó el mandil que había usado para limpiar, la camisa y los pantalones y se metió a la regadera.
-¡esta helada! ¿Quieres matarte de neumonía? –
Makoto reguló la temperatura del agua y cogiendo una buena cantidad de shampoo, sin importarle que ya se había empapado la ropa interior, comenzó a frotar la cabeza castaña.
Hacia esto una o dos veces por semana. Siempre insultando a Teppei, siempre regañándolo, siempre sin recibir respuestas.
-agáchate no te alcanzo...- debajo del chorro de agua Teppei se sentó en el pequeño banco del baño y continuo ahí, como una rota muñeca desmadejada.
-levanta el rostro... te voy a rasurar...-
Teppei ni siquiera se quejó cuando un pequeño corte se hizo debajo de su barbilla... Makoto miró el hilillo de sangre y aplicó un poco de presión para que dejara de sangrar.
Una vez limpio, seco y con una toalla en la cintura, Teppei fue llevado a su cama y permaneció ahí, quieto, sentado y ajeno al mundo que lo rodeaba.
Makoto había llevado un poco de comida que siendo honesto consigo mismo había pensado en consumir "despues" no "antes" pero Teppei tenía cara de perro agonizante y famélico, incluso su estómago rugía escandalosamente.
-vamos... come...- Teppei suspiró con pesar, y el imbécil, el muy imbécil se había atrevido a comenzar a llorar en silencio como princesa dejada.
-das lastima... - gruñó Makoto tomando los palillos y comiendo un bocado, con los mismos palillos le dió a Teppei quien se limitó a abrir la boca aceptando la comida y apenas masticándola.
-ya pasaron 3 meses desde que esos dos se fueron y felizmente han viajado por muchos lugares disfrutando su nuevo nidito de amor y tú sigues aquí, como damisela en apuros, llorando en los rincones de tu cuarto como la muñeca fea, pobre de tiiii, ¿quieres que te consuele? ¿Quieres que te abrace hasta que te quedes dormido de tanto llorar? Oh cariño... eres tan dulce...-
La voz y el comentario lleno de puya y dramatismo hacia el castaño en otras ocasiones sin lugar a dudas hubieran sacado ese rarísimo carácter iracundo que tenía, en esta ocasión no fue así, en esta ocasión Teppei había limpiado sus lágrimas, terminó de tragar el bocado y se dejó caer de espaldas en su cama. Había caído en esa rutina desde hacía poco más de mes y medio. Despues de eso. Y aunque no le gustaba, aunque sentía que se rebajaba y se sentía usado, al menos le hacía olvidar, las dos únicas maneras que tenia de olvidar momentáneamente todo era o tomando hasta la inconciencia, o teniendo sexo con Hanamiya, ambas igual de toxicas y letales.
Quería olvidar, quería dormir por 10 años, por 100, por 1000, despertar y saber que el mundo se había terminado, que ellos ya no podrían lastimarlo más.
-oye... por lo menos lávate los dientes...- se quejó el moreno, pero ya estaba sentado en su pelvis, aprovechando que los dos estaban apenas cubiertos por una diminuta toalla y que Hanamiya siempre reaccionaba rápido.
-al menos comete esto...- Teppei abrió los labios para recibir un trozo enorme de chocolate, el favorito de Makoto... y el no tardó mucho para inclinarse y besarle para derretirlo entre los dos con los labios y la lengua.
Makoto comenzó a besarle todo el cuerpo, a lamerlo, a acariciarlo sin delicadeza, recorriendo todo su cuerpo de manera ágil y como era lógico, este reacciono ante el estímulo.
Makoto se movía como un gato encima de él, arqueándose hacia atrás apenas su carne había sido abierta, su piel perlada y su rostro rubicundo, sus labios entre abiertos tratando de ahogar los gemidos, los ojos nublados por el placer. Teppei usó esas manazas suyas para sujetar la pelvis delgada y moverla con más ritmo, con aquel que permitiría que acabaran más rápido, más fuerte.
Habían caído en eso.
Mientras Makoto empezaba a vestirse, Teppei miró detenidamente a través de la oscuridad la blanca y delgada figura. Esto también era parte de la rutina, despues de tener sexo el moreno se vestía y se iba en silencio, como un ladrón a media noche y regresaba dos o tres días despues, realmente parecía un gato.
-quédate...- susurró Teppei, no sabía ni porque, pero estar con Hanamiya hacia que la soledad y la sensación de ahogo no fueran tan abrumadoras.
Makoto no dijo nada, terminando de vestirse, cogió su bolsa y salió del lugar cerrando la puerta de la calle.
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*Ecoloco: era un personaje antagonista de una serie que se llama odisea burburjas en donde el queria ensuciar todo el mundo, odiaba la limpieza, apestaba y estaba todo sucio xD
**Juan por su casa es una expresion que se refiere a que estas en una casa (que no es la tuya) y haces lo que se te da la gana.
este fic sera de capitulos cortos y tambien sera un fic cortito (espero)... ojala a las personas que les guste esta shipp les agrade o.o
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fue el
FanfictionDevastado por el abandono de Hyuga, Teppei encontrarà la tranquilidad en la persona menos esperada.