arrastrando el dolor

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yei yei yei!!!

capitulo nuevo!! y como actualizaron un fic que sigo esta actualizacion sera doble!!! y tambien habra capitulo del lobo su alfa!!






Makoto apenas fue consiente de cuando llegaron o peor aún, de cuando Teppei le había llevado en brazos hasta su departamento donde le recostó en su cama y después de darse un baño, se unió a él en la cama para ambos dormir profundamente... recordaba vagamente en sueños que se había acercado a aquel enorme cuerpo y ser rodeado por los fuertes y cálidos brazos hasta volver a dormir, sintiéndose protegido y a salvo...

Despertaron cuando el celular de Hanamiya sonó, recordándole que debía ir a trabajar. Teppei silenció el aparato y se giró, rodeando con mayor fuerza el cuerpo moreno y Makoto se dejó hacer, hundió su rostro en el pecho amplio, respiro la masculina fragancia, se sintió estúpido que con aquel simple gesto estaba calmándose nuevamente y no quería moverse de su lugar.

-no quiero ir a trabajar...- pucheó Teppei, dando voz a los pensamientos de Hanamiya.

Por supuesto que el solo fingió seguir dormido, ronroneó dentro del cálido abrazo y no permitió que el castaño se moviera ni un centímetro de donde estaba.

Volvieron a despertar a medio día.

Teppei fue el primero en abrir los ojos y mirar detenidamente el rostro relajada de Hanamiya.

Las ojeras habían casi desaparecido, por primera vez en meses no se despertaba enfurruñado quejándose que tenía calor o que pesaba mucho y por primera vez en meses Teppei se dió cuenta que lo que comenzaba a sentir por Hanamiya no era solo empatía o agradecimiento.

Era... era algo, definitivamente no era amor, lo sabría si fuera pero era algo más que una simple amistad... no lograría en ese momento ponerle un nombre.

Acarició los cabellos oscuros, despejando la frente y acarició las mejillas. Makoto siempre había sido una persona extrañamente bella, la adultez había afilado su rostro y le daba ese toque de sensualidad que él ni en un millón de años podría alcanzar.

Makoto suspiró en sueños y buscó más caricias de su parte, Teppei no dudó en brindarlas y tampoco en recostar al moreno boca arriba y el ponerse en su costado, inclinarse hacia abajo y besar los labios relajados.

Makoto siempre había sido una persona muy receptiva, eso también lo había descubierto en estos meses, así que no se sorprendió cuando los labios delgados se abrieron para él y correspondieron la gentil caricia... tampoco le extrañó que una mano pequeña se posara en su espalda, aferrándose a su camisa y suavemente comenzara a descender hasta estar debajo de sus pantalones.

Entonces los ojos azabaches se abrieron para él y Teppei volvió a besarle, más profundo, mas demandante, gimiendo cuando la caricia en su pelvis aumento en intensidad.

-¿quieres hacerlo?- Teppei siempre que era tocado de esa manera sacaba un instintito animal que quería la satisfacción sexual, en este momento la quería, pero no sabía si Makoto le aceptaría o no.

-tengo que pagarte el favor de ayer...- susurró Hanamiya con gesto serio.

Aquello hizo que la emoción que Teppei había sentido inicialmente, desapareciera rápido, como el humo y que se hincara en la cama, mirando extrañamente a su acompañante.

-¿el favor de ayer? ¿Piensas que te ayude para que pudiéramos tener sexo? Si fuera eso te hubiera tomado ayer en el carro o incluso apenas llegamos al departamento...-

El rostro de Hanamiya no cambió para nada, se limitó a ponerse de pie, huraño, serio, tratando de enfocar su atención en lo que fuera, rehuyéndole la mirada.

fue elDonde viven las historias. Descúbrelo ahora