guerra interna.

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Algo había cambiado... y no en el buen sentido de la palabra.

Hanamiya se dió cuenta que varios compañeros de trabajo le miraban de reojo y tras susurrar algunas cosas evitaban mirarle.

Aquello le hubiera valido como 3 kilómetros de verga si no hubiera escuchado las palabras "inmoral", "asqueroso" y "sucio" en menos de 5 minutos, de por lo menos 7 personas diferentes.

Entró a la sala de laboratorio y su amigo con complejo de nutria le lanzó una tensa sonrisa. Hanamiya podría apostar que él ya sabía lo que pasaba y se lo iba a decir en menos de un minuto.

-Mako-chan... tu piel se ve más suavecita... ¿estuviste haciendo cosas sexosas toda la noche?-

¡Puf! Cosas sexosas era quedarse cortísimo... Teppei y el habían hecho el amor casi toda la noche, después de la primera vez, de esa estúpida, tierna y romantiquisima primera vez como pareja, habían ido a la cocina a comer algo... recalentaron unas sobras porque lo del sartén estaba preciosamente quemado... después se bañaron juntos y ahí, en la estrecha bañera aprovecharon para una buena sesión más y después cayeron profundamente dormidos... a eso de las 5 de la mañana lo habían hecho de nuevo... somnolientos, moviéndose hasta con pereza, pero sin poder evitar el querer sentirse unidos.

-muchas... ahora dime... ¿Qué pasa? ¿Por qué me ven como si me hubiera salido otra cabeza?-

Hara continuaba con aquel gesto serio e incómodo... había muy pocas cosas que lograban cohibirle de esa manera.

-la verdad no sé cómo decírtelo... pero tienen que ver con esto...-

El peli lila le extendió una hoja doblada por la mitad. Makoto tuvo el presentimiento de que fuera lo que fuera, no le iba a gustar naditita, ver su contenido.

Había tenido razón.

En el papel se veía una foto suya, la verdad no se veía nada mal en la imagen... probablemente un poquitín ojeroso... pero lo que importaba, lo que había provocado toda la incómoda sensación que lo había acompañado desde que llegara al trabajo, eran las palabras que rodeaban su imagen.

"puta, zorra, quita maridos, destruye familias..." la lista continuaba y continuaba y para Hanamiya no fue mucha ciencia descubrir quien había hecho tal estupidez.

-estaban pegadas en la puerta de la entrada... eran como 50 y casi todas andan rodando entre los compañeros...-

La verdad lo que dijera la gente de él le tenía sin cuidado. No era una puta ni una zorra... en primera, cuando tenía sexo, no cobraba. En segunda, él no se había metido en ningún matrimonio... cuando el había llegado, ya no había ningún matrimonio.

Lo que le molestaba, lo que estaba haciendo que una profunda rabia comenzara a arder en el fondo de su estómago y quisiera dar una buenas patadas, era que Hyuga se hubiera atrevido a hacer algo tan bajo como eso en su trabajo.

No era ni justo, ni moral y menos aún honesto.

Después de respirar profundamente para calmarse, se dió cuenta que él no lo era tampoco... dos personas podrían jugar sucio... él era especialista en esto.

-¿porque tienes esa mirada que dice que vas a hacer algo malo?-

El azabache arrugó en su mano la horrible hoja de papel y le lanzo una mirada oscura a todas las personas que le estaban viendo y continuaban susurrando de manera estúpidamente indiscreta.

-por qué voy a hacer algo malo...-

No por nada era el bad boy...

Kiyoshi se sorprendió de ver que Hyuga nuevamente estaba en el área de espera del hospital... esta era la cuarta vez que pasaba y se sentía incómodo ante estas visitas, la verdad ya no podía ni hablar de un tema banal con él, era raro, era bizarro...

fue elDonde viven las historias. Descúbrelo ahora