Tan feliz que podría morir.

Capítulo 5

P.O.V Ethan

No sabía qué me estaba ocurriendo, pero no podía apartar la mirada de aquella chica. Bésala- me susurraba una voz. ¡Vete antes de que sea demasiado tarde!- me gritaba mi parte racional.

Estaba a punto de hacer realidad mi tan ansiada fantasía cuando una imagen que no tenía permiso de abandonar mi subconsciente atravesó mi vista. Recordé aquellos mismos ojos, que en ese momento estaba mirando, la primera vez que se posaron en mí. Dejaban ver tanta tristeza, tanto sufrimiento…Aún reflejaba un poco de ese dolor. Rápidamente me alejé de ella, puso una mueca un tanto rara y unos ojos de desconcierto total. Me sentí mal solo con mirarla, pero me había horrorizado conmigo mismo ante lo que había estado a punto de hacer.

- Siento haberte molestado-seguí con mi frase por donde lo dejé, como si nunca hubiese parado-. No volverá a ocurrir

Le hice esa promesa con solemnidad y me levanté de un salto.

Era un idiota, era el idiota más grande del universo. ¿Por qué había tenido que ir a buscarla? No podía seguir aguantando esa mirada de incertidumbre y, tras despedirme con un seco asentimiento de cabeza, di media vuelta para marcharme. 

Estaba ya casi en la salida, cuando la oí decir.

-Ethan, no… No te vayas, por favor. No otra vez- dijo en voz muy baja.

Me quedé parado, quieto como una estatua. Ella no debería recordar, no debería recordarme. Miré temeroso hacia atrás y me la encontré cabizbaja, con la vista clavada en el suelo. Todo mi cuerpo luchaba por irse a su lado y consolarla.

Tras un último vistazo, di media vuelta y la dejé sola.

Había roto mi promesa.

P.O.V Lena

No era Ethan. Bueno, sí que lo era, pero no el mío. Me había dejado sola. No es que eso me molestase, tarde o temprano todos lo hacían, pero de cierta forma, me aliviaba saber que no era él. Aunque me sentía vacía al saber ya, sin lugar a dudas, que mi ángel personal no existía.

Ya había abierto los ojos. No me iba a pasar toda mi vida lamentándome de mi mala suerte.

Solté un suspiro y me dejé caer en la cama. Había sido un día agotador y, una parte de mí, sabía que esto solo acababa de empezar.

Recordé el día de hoy. Había sido un día muy raro, parecía que Ethan era bipolar o algo. Recordé sus ojos y su cara. A su lado sentía algo de… paz. Me encogí de hombros y me dispuse a dormir.

Antes de cerrar los ojos no pude evitar preguntarme si volvería a verlo.

Si me cogería de la mano.

Y haría que el corazón se me acelerase.

Decidí que ya no iba a ser esa persona que estaba siendo hasta ahora. Iba a intentar ser feliz.

Aquella noche tuve el sueño más raro de toda mi vida.