Aquí tenemos otro más. Espero que, con este capítulo, mis queridas amigas de lo dramático se queden agustito y poder tocar la fibra sensible de alguien.
Bueno, no comento nada más, solo que espero que disfrutéis de la lectura
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P.O.V Claire
Me desperté en una habitación que me era completamente ajena. No sabía dónde demonios estaba, ya que lo último que recordaba era como Luke, aquel chico tan mono y mortífero, se acercaba poco a poco hacia mí con una diabólica sonrisa en los labios. Ahí fue donde me desmayé.
Eso me preocupaba ya que, aunque esté acostumbrada a los desmayos por unos problemas de salud que padecía, siempre sabía cuando iban a ocurrir por los síntomas previos. Pero esta última vez había sido de improviso, lo que me dejaba con la certeza, tras pensar un poco, de que no había sido cosa mía
“Genial- me dije irónicamente-. Teletransportaciones, invisibilidad, telepatía y, de regalo, el poder de hacer perder la conciencia a los demás”
Me levanté como pude de aquel duro y frío suelo y empecé a pensar detenidamente. A ver, estaba en la ¿guarida? de unos demonios sin escrúpulos, encerrada en una especie de habitación con alfombras rojas y negras y lámparas, sin ningún arma a la vista y, para más inri, con la certeza absoluta de que uno de los demonios antes mencionados se pasarían tarde o temprano por aquí a ver si estaba despierta.
Me obligué a pensar en una posibilidad de escapar de allí, pero prácticamente no encontraba ninguna. Me quedé mirando fijamente las paredes, pensando. Y entonces me llamé una y mil veces estúpida por no haber caído en la cuenta. Ya tenía mi arma. Sonreí trazando un plan en mi mente.
P.O.V Luke
Me desperté poco a poco, lo suficientemente lúcido estaba para oír a la perfección como esa chica, Lena, le decía a alguien:
-No te preocupes, volveré a por ti.
Y nada más se escuchó. Entonces me levanté y busqué con la mirada a mi hermano, y vi por primera vez lo que tanto le llamaba la atención. Era una chica.
Solo tuve que atar cabos, y supe inmediatamente que ella era la causante de que Damon y yo hubiésemos acabado en el suelo. Pero, aunque bien los demonios causábamos destrucción, sabíamos apreciar la belleza… Y esta chica era muy bella. De pelo rubio y dulces ojos marrones. Ojos que ahora nos miraban con valentía. Sabía que estaba asustada, lo podía oler (1*), pero eso solo hacía que mi fascinación por ella creciese al no dar muestras de ese temor.
Pero al fin y al cabo, solo era una humana, nada a tener en cuenta. Damon me dijo telepáticamente:
-Hay que hacer algo con ella.
-Sí, hermanito- le dije, sintiendo una sensación extraña en mí. Quería… ¿protegerla? Sacudí la cabeza intentando librarme de aquella sensación-. Yo me encargo.
Y sonriendo como solo los demonios sabíamos sonreír, fui hacia ella, provocándole un desmayo. Cuando cayó inerte en mis brazos, nos teletransporté a nuestra casa, por así decirlo.
La llevé a una habitación cualquiera y la dejé en el suelo, luchando contra la incómoda sensación que tenía y que me gritaba que le buscara un sitio más cómodo. Al salir, cerré la puerta con llave.
Me dirigí a mi habitación, para poder poner en orden mis pensamientos. No era normal como estaba actuando con aquella pequeña humana. Por Lucifer, sabía de casos en los que algunos demonios se sentían atraídos por humanas y sabía que al final las hacían suyas, pero yo siempre me había sentido superior a aquella frágil raza.
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Tan feliz que podría morir.
RomanceLena no ha tenido una vida fácil. No sabe si el "ángel" que la salvó del terrible accidente que mató a sus padres existe o no. Y se siente aún más confundida cuando llega a su vida Ethan, tan parecido a su ángel. Y todo va a peor cuando Damon, su me...