Tan feliz que podría morir.

Capítulo 14

Bueno, amores míos

Para empezar, decíos que la cuenta atrás ya empieza, es decir, que quedan poquitos capítulos para terminar.

Peeeero, para que no os sintáis mal, ni lloréis, ni le gritéis al cielo en un arranque de rabia incontenida el por qué se ha acabado la historia, he de comunicar que voy a hacer una segunda parte, o una secuela, como prefiráis.

Pues eso, que disfrutéis con el capítulo tanto como yo lo hago escribiéndolo (:

P.D: Os dejo una canción que me tiene loca. Porque a veces sientes que se han metido en tu cabeza y han echo una canción.

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P.O.V Lena

-Lena, te quiero- me susurró aquella mujer moribunda que se hallaba entre mis brazos. Aquella mujer que me había dado el amor que tanto había echado en falta, que había estado a mi lado siempre aunque yo no lo supiera. Aquella mujer que era mi madre.

Y entonces su vida expiró a un lugar mejor, a su nuevo mundo.

Mientras veía como la vida se apagaba lentamente de sus ojos, supe que aunque la muerte de mis padres adoptivos todavía escocía, no era nada comparada al dolor que estaba sintiendo en estos momentos. Acababa de perder a mi verdadera madre. Se ha ido.- me dije-. Me han vuelto a dejar sol… Entonces sentí unos brazos rodeándome. Me giré con el rostro empapado de lágrimas para averiguar quién era el dueño de aquel cálido abrazo. Y vi a Ethan. En ese instante supe que nunca más iba a volver a estar sola.

Y con ese pensamiento en mente, supe que ahora quería venganza.  Mientras un temor atroz removía mis entrañas, un temor por Claire, dije:

-No quiero más muertes. Voy a rescatar a mi mejor amiga, y a vengar a mi madre. Dadme armas o no. Dadme refuerzos o no. Dadme el pésame o no. Llamadme loca o no. Pero lo pienso hacer.

Nadie habló. Nadie me contradijo. Entonces, Ethan me agarró de la mano, ya que me había puesto de pie al sentir como el cuerpo de mi madre se desvanecía lentamente. Miguel me miró y asintió con la cabeza.

-Que así sea- dictó.

La guerra no había echo más que comenzar.

P.O.V Claire

Cuando ya tenía mi arma a mi disposición, una de aquellas lámparas de aspecto pesado, alguien estaba abriendo la puerta. No me sorprendí demasiado al ver entrar a Damon, ya que no hacía falta ser un genio para saber que él era un demonio. Lo que sí estaba era muy enfadada, ya que odiaba que me tomaran el pelo, y a mi juicio Damon lo había echo.

-Hola Claire- me saludó con tono burlón.

-Hola estúpido- le dije, demostrándole lo enfadada que estaba, mientras me acercaba poco a poco a él.

-Oh, vaya, la pequeña humana está enfadada, ¿eh?

-No, cielo, solo un poco- le contesté. Ya tenía un plan trazado en mi mente y, aunque todo mi organismo se revelaba contra la idea, mi mente sabía que no tenía otra escapatoria. Mientras le decía aquello, posé una mano sobre su pecho, acariciándolo-. Es que me dejaste muy confusa, ya sabes. Y… bueno, siempre he estado celosa de Lena, al ver como la mirabas.

-¿Sí?- dijo Damon, con interés. Sus ojos azules brillaban ahora con excitación. “Maldito hijo de puta”- pensé.

-Sí- susurré con tono sensual, estando nuestras caras a tan solo unos centímetros-. Siempre quise que me miraras y me tocaras como a ella.