☝ Nathan Thompson ☝
Menos mal que hoy es sábado, me levanté con pocas ganas de la cama, me lavé la cara para despejarme y fui a la cocina arrastrando los pies. De repente me viene olor a comida. ¿Cómo? Si mamá no está en casa.
En dos pasos ya estaba en la cocina y para mi sorpresa me encontré a Nathan, preparando una especie de desayuno, bueno creo que ni él sabia lo que estaba " cocinando"
— Nathan, ¿Qué se supone que estás preparando? —Me asome a la sartén y vi una especie extraña de tortita quemada, muy quemada.
— Déjame Aly, que se me va la inspiración. — le miré de arriba a abajo y solo llevaba unos pantalones cortos, el delantal de mi madre y un papel con forma de " gorro de cocinero" que usan los cocineros profesionales. Quizás se creía uno de ellos. Casi me da un ataque de risa cuando lo veía tan concentrado mirando la "tortita", y me sonríe como si nada.
— ¿Qué te parece mi obra maestra? Es receta propia. — dijo con orgullo hinchando el pecho, y sonriendo con todos los dientes.
— Oh Nathan, ¿Cuándo fue la última vez que te lavaste los dientes?
— Em, creo que hace dos días, o no, creo que tres ¿o cuatro? ¡Déjame que se me quema la tortita! — ¿Más de lo que está? — dije para mí, cuando lo veo que mueve la sartén con desesperación, por desgracia con dos movimientos bruscos, su gran obra maestra salió volando y se pegó del techo. Nos miramos los dos con cara de sorpresa, en realidad él más que yo, porque sinceramente ya me lo esperaba.
— ¡Por tu culpa!
— ¿Encima? Mas te vale limpiar eso antes de que llegue mamá porque yo no pienso limpiarlo.
— No... Me levanté tan temprano, fue mi récord...
— ¿A qué hora te levantaste? — pregunté por curiosidad ya que él es el dormilón de la casa y cuando miré eran las doce.
— A las once y diez — levanté una ceja y aguanté una carcajada. — Déjame, que es un récord ¿vale?
Me giré en dirección a la puerta cuando me encuentro a Anna con unos pelos de loca, como si hubiera metido los dedos en el enchufe y con un poco de saliva secada a un lado de la boca. Por la pinta que llevaba, daba por hecho que se acaba de despertar o mejor dicho, la acabábamos de despertar.
— ¡Pero qué sucede...! — levanta la mirada en dirección a la Nathan que estaba mirando con cara de pena su "tortita" quemada, pegada del techo.
— Ui... Mas vale que os deis prisa en limpiar esa cosa, por cierto, ¿Qué es eso? — mira con cara de asco la "obra maestra" de su hermano.
— ¿Pero qué os pasa? Se ve claramente que es una tortita ¿no?
— Si... Si... Claro.
— Me vais a ayudar ¿verdad?- pregunta Nathan con un puchero.
— Em... Creo que me tengo que ir, porque... Se me olvidó hacer la cama. Lástima que no te pueda ayudar Nathan. — Me escabullí lo antes que pude de la cocina cuando escucho a Anna correr mientras cantaba.
— Qué lástima pero adiós, me despidooo de tiii y me vooyy.
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Lo tengo todo perfectamente descontrolado.
Teen FictionTodos tenemos un secreto escondido bajo llave en el ático del alma. Carlos Ruiz Zafon. Toda la verdad en dos lineas, un érase una vez en doce palabras, mi secreto en cincuenta y cinco letras. Mi nombre es Alice Thompson y esta es mi historia.