- Alice, tengo algo que decirte.
- Pues dímelo - dije sonriente.
- Ya sabes que hoy es nuestro aniversario... - me miró y al ver que seguía comiendo mis cereales tranquilamente siguió - tu padre y yo estaremos una semana en Londres para celebrarlo allí.
- ¡¿Qué?!
- Por favor, portaros bien, no hagáis saber a todo el vecindario que estáis solos.
- ¡¿Qué?!
- Y ayer fuimos a comprar y llenamos la despensa de comida. Ya prepararás tú algo de comer.
- ¡¿Qué?!
- ¿Puedes dejar de decir qué?
- ¡Pero mamá!
- Nada de peros Alice, nos hace falta descansar a nosotros también, trabajamos día y noche sin parar. Ponte en mi lugar.
- Pero si las fiestas acaban...
- Dentro de una semana, nos viene genial, por eso nos vamos.
- Mamá, no nos puedes dejar aquí olvidados y vosotros iros a Londres, a ¡Londres! Sabes que siempre he querido ir.
- Cuando te cases irás.
- ¿Qué? - dije con un tono agudo de voz.
- ¿Pero se puede saber que te preocupa tanto? Ni que haya un secuestrador por aquí cerca.
- Que no hay dice.
- ¿Qué?
- Nada mamá, nada. - suspiré saliendo de la cocina.
- ¿Y esa cara tan larga? - preguntó James desde el sofá.
- Mamá se va a Londres una semana.
- Qué hablas persona.
- Me lo acaba de decir.
- ¿Me estás diciendo que vamos a estar solos una semana?
De verdad James es un experto en hacerse el tonto.
- ¡Fiesta!
- ¡Nada de fiestas James! - gritó mamá desde la cocina.
Subí a mi cuarto y Jane estaba tumbada en la cama, escribiendo en una libreta. Me acerqué sigilosamente y en una milésima de segundo se la quité.
- ¡Oye dámelo! ¡Alice!
- Querido diario... ¿Desde cuándo tienes un diario?
- Eso da igual, dámelo.
- Pensé que yo era tu diario - dije mientras hacía un puchero.
- No me pongas esos ojitos, conmigo no funciona, no te dejaré leerlo.
- ¿Escribes cosas sobre James que no te atreves a decirme?
- Deja de decir chorradas tonta. Te va a escuchar. - ante su comentario le sonreí pícaramente.
- ¿¡James sabías qué...!? - Jane me lanzó un cojín en toda la cara, consiguiendo que no pudiese continuar con mi frase.
- Con que buscas guerra ¿eh? Guerra tendrás querida, no hace falta pedírmelo dos veces. - dicho esto le lancé la almohada con toda mi fuerza, pero lo esquivó. - ¿Por qué no admites que te gusta James? - dije mientras me acercaba a coger otro cojín sin dejar de mirarla.
- ¿Por qué no admites que te gusta David?
- Porque no es verdad, lo tuyo sí.
- Qué no es verdad dice, no parecía eso anoche.
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Lo tengo todo perfectamente descontrolado.
Teen FictionTodos tenemos un secreto escondido bajo llave en el ático del alma. Carlos Ruiz Zafon. Toda la verdad en dos lineas, un érase una vez en doce palabras, mi secreto en cincuenta y cinco letras. Mi nombre es Alice Thompson y esta es mi historia.