Capítulo 6

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                    ☝Charlotte Thompson☝

— ¡James! Tráeme el termómetro del armario. ¡James!

— Qué quieres pesada, estaba estudiando con David. ¿Qué pasa?

— ¿Pero tú eres sordo o qué? Te he dicho que me traigas el termómetro y una pastilla para la fiebre, están en el armario de medicamentos.— ya me estaba poniendo histérica.

— Pero ¿Qué voy a saber yo? ¡Tu eres la farmacéutica aquí! ¿Vuelve a tener fiebre?

— Tío, James, no ayudas y ¡Sí vuelve a tener fiebre!

— ¿Por qué tanto alboroto?

— Charlotte vuelve a tener fiebre. — explicó James.

Caleb se puso tan pálido como la pared, se acercó y le tocó la frente.

— Quita Caleb — Le puse el termómetro, lo que esperaba, 39'6, en su biberón le puse el medicamento con un poco de agua  pero ahora lo difícil es que se lo tomara.

Charlotte suele tener fiebre seguidamente, pero es que las temperaturas son muy altas siempre, una vez casi llega a 40,2 y nos asustamos porque podíamos perderla. No sabemos aún por qué suele tener fiebre tan seguidamente y el médico solo nos aconseja darle su medicamento porque aún es muy pequeña.

Llamé a papá y a mamá, pero ninguno contestaba, seguramente estaban en una de esas reuniones importantes.

James trajo un recipiente con  agua fría y un paño mojado para ponérselo en la frente.
Así estuvimos toda la tarde, al final los chicos se fueron a acabar la tarea que tenían que hacer y yo me quedé con Charlotte, para cambiar el paño cuando se calentaba

— No quiero perderte pequeña, se fuerte por favor... — No pude contener por más tiempo las lágrimas, y en silencio me puse a llorar, cuando sentí que alguien apretó ligeramente mis hombros.

— Se pondrá bien, no te preocupes.

— ¿Cómo estás tan seguro? — dije mientras me limpiaba las lágrimas.

— Si pierdes la esperanza no arreglas nada Thompson.

— David, ¡Tú no sabes lo que duele pasar por esto, verla ahí tumbada y no hacer nada!

— Si lo sé, Alice.

Sentí como se hundió el sofá y unos brazos fuertes abrazarme. No aguanté más y me puse a llorar contra su pecho, el me abrazaba y de vez en cuando me daba pequeños golpecitos.

— No... Yo... No  la quiero perder David,es muy pequeña aún... — dije entre sollozos.

— Tranquila Alice, todo saldrá bien, ya verás...

— ¡Charlotte! — grité mientras tenía la respiración entrecortada. Estaba sudando, pestañeé varias veces, hasta que me acostumbré a la oscuridad, un momento, estaba en mi habitación. Que yo recuerde estaba con Charlotte y con .... David... Miré la hora del móvil, eran las tres y media de la madrugada.
Salté de la cama y fui en busca de Charlotte. Estaba durmiendo tranquilamente en su cuna, ya no tenía fiebre, sinceramente sentí como un peso enorme se me quitó de encima.
Mis padres estaban en su habitación durmiendo, y yo aquí dando vueltas por la casa.

Intenté volver a reconciliar el sueño, pero la imagen de David me venía a la mente. Estaba segura que no fue un sueño, él me había abrazado y seguro que me había quedado dormida.
Encima me había visto llorar... Perfecto, lo que me faltaba. Intenté dejar de pensar en él y en unos minutos el sueño pudo conmigo y aunque no quería me quedé dormida, pensando en David.

Lo tengo todo perfectamente descontrolado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora