Capítulo 17

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No tenían muchas cosas en común, sus edades eran distintas, su manera de caminar no coincidía y mucho menos su estatura. Nunca pensaban igual. Él era el dueño de si mismo,ella una niña insegura. Pero sus manos parecían haber sido hechas como piezas exactas
para encajar una con la otra, con los dedos entrelazados para no separarse jamás.
Una noche sin café.

- Cuanta razón tienes... - dije cerrando el libro. Definitivamente es uno de mis autores favoritos. Dejé el libro en la estantería, donde estaban los demás y me metí corriendo en la cama, eran las doce. Ya se que es pronto para algunos pero mi día fue agotador, vivir con cinco hermanos y un vecino pesado al final llega a ser muy cansado. Y no hablemos de mi gran salto de cabeza.

Cerré los ojos y cuando pensaba que estaba totalmente dormida, moví el pié de una manera muy extraña, porque había "soñado" que me caí de la acera y me doblé el pie.

Cosas muy extrañas... ¿Nunca os ha pasado?

Miré el reloj y me di cuenta que sólo habían pasado cinco minutos enserio, esta noche se me iba a hacer larguísima.
Mientras intentaba reconciliar el sueño, escuché un leve ruido en mi ventana, después de unos segundos otro, y así sucesivamente.

Sinceramente, al principio tenía miedo, por si era la misteriosa persona que me dejó la caja en la puerta, pero al asomarme no me sorprendí mucho. Era David.

- Baja tu largo cabello mi Rapunzel.- este ya se creía Flynn Rider. Rodé los ojos y miré el cielo estrellado, había luna llena hoy, quizá le afecte como a las sirenas de H2O.

- ¿Qué haces a estas horas aquí?

- Vine a verte- dijo con toda la tranquilidad, cosa que a mí me confundió mucho.- ¿Vas a quedarte allí mirando mi gran belleza con esa cara de asco por más tiempo o me vas a dejar subir? No es por nada pero hace frío aquí fuera.

- ¿Quién te mandó venir? Podrías haberte quedado en tu casa. Hubieras hecho un gran favor al mundo - dije para mí. - Anda sube, no quiero ser yo quien te lleve a casa por si te pasa algo. - solo me sonrió triunfante, y no me explico como subió por la planta trepadora con tanta facilidad para que en cinco segundos ya esté en mi habitación.

-¿Qué pasa?¿ Tengo monos en la cara?

- ¿Sueles trepar habitualmente por las plantas, hasta llegar a las habitaciones de las chicas?

- Solo de las que me importan nena- dijo guiñándome el ojo. Me pregunto qué habrá cenado, está muy raro, arrugué la nariz y le miré de arriba a abajo, iba en pijamas.

- Entonces dime, querido vecino, ¿Qué quieres?

- Quiero que dejes de hablarme con tanto sarcasmo. Acuérdate que quedamos en hablar hace unos días después de clase y no lo hicimos.

- Em... Eso ya es pasado, no hace falta recordarlo.

- Vale vale, cuando me preguntes algo te contestaré igual, eso ya es pasado, no hace falta recordarlo.

Lo tengo todo perfectamente descontrolado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora