Capítulo 3

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Su voz masculina solo consiguió ponerme aún más nerviosa.

-Tranquila cariño, deja de temblar, no voy a hacerte daño. -murmuró acariciando mi brazo.

Tal vez era producto de mi miedo, pero comencé a sentir la atmósfera más pesada. Las lágrimas salieron de mis ojos empapando la venda que los cubría; cuando traté de hablar solo conseguí emitir sonidos huecos.

Cuando descendió su tacto por mis piernas escuché que su respiración cambiaba. Un escalofrió me recorrió el cuerpo entero.

-Te ves... realmente linda, como un pequeño conejo asustado- murmuró en mi oído mientras limpiaba las lágrimas que recorrían mis mejillas.

Su voz gruesa resultaba realmente aterradora.

Con su mano movió mi vestido negro dejando a la vista mis muslos. Cuando pasó sus dedos por ellos sentí como el estómago se me encogía. Siguió su recorrido un poco más arriba y luego se detuvo de repente.

-Necesitas dormir, seguro estas cansada- dijo alejándose de mí.

Posteriormente sentí que colocaban un pañuelo en mi nariz y volví a caer inconsciente.

...

El ruido de una conversación me despertó. La voz de una mujer llamó mi atención.

¿Mamá?

Intenté mover mis brazos, pero solo conseguí hacerme daño en las muñecas.

Traté de recordar cómo había llegado a este lugar, pero mis pensamientos se vieron interrumpidos por el sonido de una puerta cerrándose y unos pasos caminando hacia mí.

-Buenas tardes preciosa- dijo esa voz que ya conocía.

Su mano acarició mi frente y mi mejilla, luego retiró la mordaza de mi boca.

- ¿Qué estoy haciendo aquí? ¿Quién eres? Por favor déjame ir. - murmuré con miedo

-Te lo voy a decir de una manera rápida y fácil de entender bunny, ahora vivirás aquí conmigo, no soy partidario de la disciplina con golpes... pero por ti podría hacer una excepción.

Al oír su última frase se me heló el corazón y sentí como mi alma abandonaba mi cuerpo. No pude reprimir el llanto por más tiempo.

- Por favor déjame volver con mis padres- supliqué en medio de hipidos

-Eso no va a suceder, no volverás a verlos jamás. Es lo mejor para ti.

¿Qué sabía el de lo que era mejor para mí?

- ¿Qué harás conmigo? - murmure con miedo

-Se que tienes muchas preguntas, pero por el momento solo quiero que comas algo. Mi ama de llaves lo preparó para ti.

-En realidad no tengo hambre- dije mientras agachaba la cabeza

-No fue una pregunta, maldita sea, te lo comerás y punto- dijo alzando la voz

Me encogí de miedo cuando me tomo por los hombros y me sentó por la fuerza.

-A partir de ahora obedecerás todo lo que yo te diga si no quieres sufrir las consecuencias ¿Entiendes bunny?

-Si- murmure con un hilo de voz

-Buena chica- dijo acariciando mi cabeza- ahora abre la boca.

Hice lo que me ordenó y sentí que un trozo de fruta entraba en mi boca. Continúo dándome de comer hasta que acabé con lo que había traído para mí, al terminar limpió mi boca y volvió a colocarme la mordaza para después dormirme.

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