| 6 | San Valentín.

139 15 0
                                    

6. Fuiste la cita perfecta el día indicado.

Había ayudado a mis amigas y amigos con al menos dos semanas de anticipación. Era una tradición ayudar a mis amigos cercanos, y darle ideas a los que no lo eran tanto, así estuviera sola o tuviera un plan para uno de los días más esperados del año.

No importaba si San Valentín era un día destinado a la mercadotecnia. Lo sabía, pero la parte dulce de mi ser decía que no importaba ser más cariñoso con una persona un día, mientras el deseo saliera de la parte buena de la persona y no del sentimiento de obligación. Por eso, desde hace años, fui la buena amiga que se dedicaba a recibir los abrazos para agradecer la ayuda al armar los planes. Era la chica que sostenía los carteles de dos metros que expresaban amor o la que llevaba a la pareja en cuestión al punto de reunión con cualquier pretexto. Mis servicios se prestaban para cumpleaños y reconciliaciones, y nunca me importo estar sola o no. Hasta ese año.

Pues claro, la niña siempre tenía cosas buenas que hacer, con gente buena y planes blancos. Hasta que llego el niño malo a ensuciar la blancura de la niña buena. ¿O era al revés?

Había sido parte activa de los preparativos de San Valentín ese año, como todos los demás, pero la ansiedad y expectativa crecía en la boca de mi estomago, pues la duda de si tendría pareja o no ese año me estaba asfixiando. Los puntos medios con Shawn o me daban la respuesta de si él estaría conmigo o se iría tras de Gwen, a la espera de el momento perfecto para declararle sus sentimientos. Tenía un regalo, pequeño, pero me daba curiosidad saber si él me daría algo o no, o si simplemente iba a ser como un día normal o me invitaría a algún lugar o tal vez ni siquiera se pasearía por el instituto evitando meterse entre tanto corazón y sentimiento expuesto.

Esa era la razón por la que desperté antes de tiempo, y me hice una bola entre mis cobijas, pensando, llenándome de ideas. Decidí levantarme antes de que mi alarma se activara, y la desactive, caminando directo a mi armario. Una camisa que se encontraba entre el tinto y el purpura fue la elegida. Prepare maquillaje (pues el usar sombras y el kit completo para lucir los ojos más grandes fue idea de última hora) y me metí a la ducha, mentalizando a mi yo esperanzada a no crearse expectativas.

Lo que fuera que pasara más tarde, era seguro que no involucraba a un Shawn con flores esperando para pedirme que fuera su novia, ni de una salida completamente romántica saltándonos las clases. O tal vez sí, pero nadie lo sabía aún. O tal vez sí. O tal vez nada iba a pasar y yo esperaba con mis más grandes esperanzas, así que imaginarse un nada era más que lo demás.

[...]

Las primeras dos clases por la mañana las pase en compañía de Iris. Ella tampoco tenía novio, por lo que nos encontramos en la entrada del instituto y nos acompañamos la una a la otra a las clases que afortunadamente compartíamos en martes. De Shawn no sabía nada, pero Iris era mi compañía adecuada. Nos dimos nuestros regalos (ella me obsequio un bonito cuadro con una foto de las dos en uno de nuestros días más felices), y caminamos cuchicheamos en las clases, tomando fotos y alabándonos la una a la otra.

Fue hasta la tercera clase que me tuve que separar de ella, para caminar sola a mi clase de historia. Era la primera clase del día que compartía con Shawn.

Me senté en el lugar en el que comúnmente lo hacía. Las bancas eran compartidas, pero esta vez Sharon se sentó detrás de mí, y platicamos animadamente todo el rato mientras la gente se reunía. Val, la mejor amiga de Gwen, entro cargando un globo con helio y un ramo de flores gigantesco. Nadie dijo nada, pero todos la observamos caminar al fondo del salón presumiendo su regalo a todas las chicas que le hablaban. A veces Val se me hacía tan hueca que imaginarme como sería Gwen me mataba por dentro, ¿cómo es que si es tan hueca como en mi imaginación, Shawn está en...

10 Things I Never Told You | Shawn M. |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora