Aunque apenas quedaban unos cientos y se alimentaban de roedores, los humanos se hartaron de los vampiros. En los albores del cuarto milenio analizaron estrategias.
Vulnerables como eran, no se les enfrentarían. Prefirieron desviar un asteroide y reinstalarlos en él: utilizaron una sonda con láseres y lo pusieron en órbita alrededor de la Tierra. Luego, con la excusa de una fiesta, los drogaron y empaquetaron hacia su destino final. Para asegurarse la permanencia, colocaron naves robóticas, rojo sangre, a modo de barrera patrullando el espacio. Estaban confinados.
Ellos, al despertar, lloraron la deslealtad. Se dedicaron, al principio, a embellecer su diminuto mundo, aguardando por el arrepentimiento. Comían alimañas que encontraron allí. Para no caer en la depresión durante sus vidas eternas, todas las noches Apofis, el más anciano, les recordaba la felonía. Terminaba diciendo, como un mantra:
—Tranquilos que volverán. Los esperaremos.
Sin embargo, quinientos años después, ningún terrícola concebía la existencia de estos seres especiales. Lo único que les llamaba la atención era el elevado presupuesto por vigilar el cielo. Las autoridades recortaron gastos, quitaron naves, liberaron el Universo. Posteriormente, enviaron exploradores.
Un día Apofis, emocionado, exclamó:
—¡Oled, hermanos!: nuestra comida pronto aterrizará. ¡Preparaos para viajar!
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Obsesión vampírica. CUENTOS DE VAMPIROS.
VampireEl atardecer empieza a dar paso a la noche. Los colmillos se afilan antes de caer sobre las víctimas. Te doy la bienvenida a esta recopilación de cuentos sobre vampiros. La idea de hacer esta obra surgió gracias a los Retos del Verano de Wattvampi...