Capítulo 5

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Resulta que el hombre que me lleva en coche a la escuela no es tan serio como parecía , es más , se pasa todo el camino haciendo de guía turístico. Me dice los nombres de las calles principales y  de los monumentos más importantes de la ciudad pero por más que le presto atención no se me queda casi ningún nombre.

Una cosa que me preocupa de vivir en otro país  es que tengo una orientación pésima , y creo que Madrid es una ciudad en la que me perdería con facilidad.
El hombre del coche sigue contándome cosas y llega un momento en que desconecto. El camino se me está haciendo eterno , hay demasiado tráfico y me estoy empezando a agobiar. Por mi mente pasan un montón de preguntas, que no podré responder hasta que llegue a la escuela.
- ¿Te ha tocado una habitación compartida ? - me pregunta el hombre captando mi atención.
- Sí, a los nuevos siempre nos toca compartir habitación con alguien veterano, dicen que así nos adaptamos mejor - cosa con la que no estoy de acuerdo.
- A ver si tienes suerte con la compañera .
- Eso espero porque si no... - lo último que quiero es tener que compartir habitación con alguien insoportable. Ya he compartido casa con mi hermano durante muchos años y me gustaría que la cosa fuera a mejor.
- Tranquila , la mayoría de las chicas son muy simpáticas, al menos conmigo - la verdad es que no me sorprende, es un hombre muy majo, en cambio yo... Me cuesta abrirme a la gente y según me decían los profesores mi timidez impide que desarrolle mis capacidades plenamente, y eso en el baile es algo que me preocupa.
- Ya hemos llegado - dice , parando el coche frente a un edificio gigantesco.
- ¡Wow! - grito. Me he quedado con la boca abierta. Sabía que la escuela iba a ser grande porque los estudiantes viven allí , pero nunca habría imaginado que tanto. Puedo distinguir dos edificios blancos , el de la izquierda es enorme y en la entrada pone "Escuela de artes de Madrid" y el de la derecha , un poco más pequeño, al cual se accede una vez en el interior.
Salimos del coche y el hombre se aleja del parking en dirección a la entrada. Yo le sigo arrastrando la maleta y con la boca aún abierta. Entramos en el edificio y observó como una mujer nos sonríe y se dirige hacia nosotros. Las paredes están repletas de cuadros y me quedo contemplándolos mientras se acerca.
- ¿Le gustan? - me pregunta la mujer. Tendrá unos 40 años pero se conserva muy bien, lleva ropa muy ceñida y demasiado maquillaje. Cuando ve que no la contesto me dedica una sonrisa demasiado forzada y dice - Los cuadros son de nuestros mejores alumnos, ¿son bonitos, verdad? - asiento y continúa - Pero lo suyo no es pintar , usted es bailarina. Usted es nuestro nuevo talento en Primero de Bachillerato. Bienvenida María Smith - me ofrece la mano y nos damos un apretón. Apenas estoy respirando, esta mujer impone mucho y me da un poco de miedo - Soy Doña Mercedes Martín ,  la directora de este centro.
- Encantada - digo, pero dudo que me haya oído ya que apenas me sale la voz.
- No te preocupes, si tus notas siguen siendo igual de buenas y progresas como bailarina todo te irá bien. En esta escuela valoramos mucho el esfuerzo , no queremos distracciones de ningún tipo y se deben respetar las normas sin excepción. Bueno todo esto lo aclararé en la reunión de las doce y media, mientras tienes una hora para acomodar tus cosas en la habitación y descansar que supongo que estarás cansada del viaje. Las habitaciones se encuentran en el otro edificio, no tiene pérdida - dice indicándome una puerta que da a un patio. Antes de marcharse sobre sus taconazos pone su mano en mi brazo y me entrega las llaves de la habitación , al hacerlo me pongo aún más tensa de lo que ya estaba.
- Adiós Julián - dice cuando se aleja.
- Adiós Mercedes - dice el hombre que me ha llevado en el coche a la escuela - Bueno señorita - dice dirigiéndose a mí - espero que le vaya muy bien en su primer día , ya nos veremos por aquí - definitivamente este hombre me cae muy bien.
- Gracias por traerme - le digo antes de que se marche.
Salgo de la recepción del edificio hacia la  puerta que me indicó la directora y descubro que da hacia un patio interior, que es el que se encuentra entre los dos edificios. Está repleto de jardines , fuentes y bancos . Sin duda es el lugar ideal para relajarse e incluso estudiar si no hay mucho jaleo. A la izquierda distingo un cartel en el que pone " Centro de deportes" y a la derecha hay otro en el que pone " Sala de reuniones ", supongo que tendré que venir aquí para la reunión de después.
Hay un grupo de chicos tirados sobre el césped que se me quedan mirando pero yo los ignoro y continúo caminando rumbo al edificio donde viviré el próximo año. Para entrar hay que subir unas escaleras repletas de grupos de adolescentes. Uno de esos grupos me observa detenidamente y alguien grita:
- Vaya vaya , si esta es la nueva de Escocia... - la que habla es una chica rubia con un acento extremadamente pijo y repelente. Es bastante mona , y viste con mucho estilo. Lleva unos zapatos que probablemente cuesten más que mi casa de Escocia y anda hacia mí moviendo sus caderas de manera exagerada. El resto de sus amigas repelentes la siguen de cerca -   María , ¿verdad?
- Sí - no sé por qué demonios se sabe mi nombre, ya que no parece precisamente una chica muy amigable.
- Oye, una preguntita que te quería hacer... -  ¿acabo  de llegar y ya tiene preguntas ? - ¿esa ropa dónde la consigues?
No sé a qué viene esa pregunta, me quedo callada sin saber qué decir.
- Espera no me lo digas, seguro que la has cogido de algún contenedor de ropa usada, ¿ qué pasa, que tu mami no tiene dinero para comprarte ropa o qué?
Pese a que se han metido con mi ropa , lo que más me ha dolido es que mencionen a mi madre, es algo demasiado doloroso para mí. El grupo de pijas repelentes empieza a reírse e intento alejarme de allí lo antes posible porque si me echo a llorar delante suya no quiero ni imaginarme lo que me dirían. Cuando lo hago, la pija rubia me pone la zancadilla y caigo al suelo golpeándome la cara.
- ¿Pero tú de qué vas ? - dice una chica detrás de mí - Déjala en paz, ella no tiene la culpa - ésta me ayuda a levantarme y me lleva al interior del edificio. Tengo la vista nublada, la respiración muy agitada y a estas alturas ya no puedo contener las lágrimas y me echo a llorar.
Después de un rato, por fin consigo tranquilizarme. Me duele mucho la cara y la chica que me ha ayudado continúa a mi lado, sosteniendo una bolsa con hielo.
-Toma póntelo en la cara para que baje la inflamación- me dice. Asiento y al hacerlo noto un enorme alivio en el pómulo derecho que hasta hacía un momento ardía de dolor.
- ¿Estás mejor? - me pregunta después de un rato.
- Sí, gracias por ayudarme antes.
- No me las des. Pasa de esas pedazo de... mejor no lo digo.
- Qué bien ha empezado mi primer día...
- No te preocupes, yo haré que los demás días sean geniales - dice intentando animarme - Me llamo Marta- dice con la mejor de sus sonrisas- Te daría dos besos... pero no va ser un saludo muy agradable si tienes ese golpe en la cara - Su ocurrencia me saca una sonrisa que enseguida se transforma en una mueca de dolor.
- Yo me llamo María.
- Lo sé, y la chica que te ha tirado al suelo antes es Sara, tu compañera de habitación.

Fin del capítulo. ¿Qué os ha parecido? Dejad vuestro voto y comentario.
Uff, parece que María ya ha hecho su primer enemigo y no es ni más ni menos que su compañera de habitación... ¿Complicará esto su estancia en Madrid? Sigue leyendo para saber más sobre esta historia...

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