Capítulo 2

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Estoy en un escenario lleno de gente que grita mi nombre muy alto. Llevo puesto un vestido blanco de tirantes cuya falda gira al ritmo de la música, me siento libre , más viva que nunca. Un chico está bailando conmigo en el escenario, pero por más que lo intento no logro verle la cara. Me dispongo a realizar el paso más complejo de la coreografía, pero justo en ese momento la voz de la gente se convierte en una sola voz que chilla mi nombre una y otra vez , tan alto que no puedo concentrarme... Y entonces me despierto.
- ¡María! - es la voz de mi padre que procede del pasillo. Me duele todo el cuerpo y siento que no he dormido todo lo que debería.
- ¡María! - vuelve a gritar mi padre. Parece ansioso o preocupado, no lo sé muy bien, estoy demasiado dormida como para saberlo. - ¡Es tardísimo! - añade. Entonces lo recuerdo. Doy un bote en la cama de manera automática y casi me caigo al suelo. Me levanto en busca del reloj y miro la hora.
-¡Oh mierda! Es muy tarde- Corro hacia la puerta para decirle a mi padre que ya estoy despierta.
- Pero bueno , ¿tú has visto la hora que es? - gruñe. Está muy cabreado pero su rostro se suaviza al ver mi cara de angustia. No me da tiempo a reaccionar cuando añade - Venga tranquila , date prisa que aún queda tiempo de sobra - sé que no es verdad , que lo dice para tranquilizarme, pero yo asiento y vuelvo al interior de mi cuarto.
Recorro la mirada por la habitación en busca de mi maleta rosa . Está al lado de la cama, junto a la mesilla de noche, a punto de reventar, y eso que puede que todavía me queden cosas por meter. Comienzo a dar un repaso a la habitación en busca de algo que se me haya olvidado llevarme. A la derecha de la cama tengo una estantería rosa donde guardo mis libros favoritos, la mayoría tratan de historias románticas y eso que yo nunca he sido del tipo de personas que creen en el amor. El amor nunca ha llamado a mi puerta o más bien, yo nunca lo he buscado. Considero que hay cosas más importantes en las que debo concentrarme, como los estudios, mi carrera y obviamente mi familia y amigos... Ayer pasé toda la tarde con ellos. Me costó mucho despedirme de Michael y Lucy, pero especialmente de mi mejor amigo Jason. Lloré como una magdalena durante nuestro último abrazo. Él hizo el papel de fuerte, como siempre, pero pude ver sus ojos llenos de lágrimas que apenas podía contener. Aunque prometimos seguir en contacto y contarnos todo , no va a ser lo mismo, ya que de Escocia a España hay muchos kilómetros de por medio.
Estoy empezando a deprimirme así que decido dejar de darle vueltas al tema y alzo la vista al último estante de la habitación. Allí guardo los diplomas y trofeos de baile que he ganado desde que comencé, con solo 5 años. Hay más de 60 , eso seguro, y el más preciado para mí es mi trofeo de campeona nacional, ya que trabajé muy duro para conseguirlo y me ha abierto muchos caminos en el mundo del baile, como el de ir a la prestigiosa escuela de artes de España. Es una oportunidad enorme para mí ya que me permitirá cursar primero de Bachillerato en Madrid, la ciudad natal de mi madre y encima haciendo lo que me gusta, bailar. Sé que va a ser duro y que tendré que esforzarme por encajar, porque la mayoría de los estudiantes llevan en la escuela desde primero de la ESO y son unos expertos en el mundo del espectáculo, pero mis ganas de aprender superan cualquier miedo que pueda tener. 
Salgo de mis pensamientos y hago un intento inútil de cerrar la maleta. Me siento encima, salto, pego golpes , pero nada , no consigo cerrarla y suelto un chillido indignada. Después de diez minutos, la cierro:
- ¡Por fin!- doy un salto triunfante, golpeando la mesilla de noche y un marco cae al suelo.
- ¡No!- grito y corro hacia el marco rezando para que no se haya roto. Para mi alivio descubro que no tiene ni un rasguño y suspiro aliviada. ¡Casi se me olvida llevármelo a España! - ¡Dónde narices tengo la cabeza!- El marco tiene una foto en la que salgo abrazada a mamá , las dos estamos felices y mi madre luce hermosa y joven. La foto fue tomada en nuestra antigua casa de Glasgow. Era una casa preciosa, pero cuando murió mamá, papá compró una casa en el centro de Edimburgo ya que quería salir de esa ciudad , que según él le trae tan malos recuerdos... No fue el único cambio que hizo en su vida, cuando se quedó viudo dejó de salir, se enganchó a la televisión y cayó en depresión. Este año conoció a una mujer en el trabajo y de vez en cuando sale con ella. Katherine le hace feliz, algo de lo que me alegro muchísimo, pero sé que no puede olvidar a mamá , ella era especial...
Por otra parte mi hermano Carlos se enganchó al alcohol y casi todas las noches las pasa fuera de casa. Él es un caso perdido, hemos intentado ayudarle pero es imposible ya que esa es su forma de evadirse de los problemas.
En cambio yo me refugié en el baile y descubrí que esa era mi verdadera pasión , al igual que mi madre. Es un lazo que nos une, que hace que piense que no se ha ido, sintiéndome protegida. El baile... lo es todo para mí , por eso debo aprovechar al máximo este curso y centrarme...
-María , ¿ estás lista ? - pregunta mi padre
- Sí, ya voy - cojo mi maleta y abro la puerta . Papá está con Katherine , ya que ella se ha ofrecido a acompañarnos al aeropuerto.
- Hola Katherine- la saludo con educación y después me dirijo a mi padre- Voy a coger un croissant para tomármelo por el camino y nos vamos
- Te esperamos en el coche- dice Katherine . Es una chica muy simpática la verdad.
Cojo el croissant y asomo la cabeza a la habitación de Carlos. Está durmiendo, prefiero no molestarle. Echo un último vistazo a la casa y me entra nostalgia. Va a ser raro no estar aquí , pero sé que necesito cambios en mi vida y por ello debo alejarme por un tiempo.

Fin del capítulo. ¿Qué os ha parecido? Deja tu comentario y voto.
¿Cuáles serán los cambios en la vida de María? Sigue leyendo y lo descubrirás...

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