Capítulo 9

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Me preparo para ir a mi primera clase de baile. Estoy muy nerviosa e intrigada por saber si voy a tener el nivel suficiente para afrontarla. En la prueba de acceso casi no apruebo el baile moderno , pero en el baile contemporáneo saqué una nota muy alta, lo que hizo que finalmente me admitieran. No sé qué ponerme ya que no me han dicho el tipo de baile que vamos a trabajar en la clase de hoy. Decido que unos pantalones largos grises y una camiseta negra de tirantes es la mejor opción ya que es con lo que me siento más cómoda pese a que no sea lo más adecuado para el baile contemporáneo y de salón.

Al salir de la habitación me reúno con Nat en la puerta del edificio y subimos hacia la sala de baile donde nos esperan los chicos.
Al entrar me quedo asombrada, es enorme y con una pared cubierta por un enorme cristal. A la derecha hay unos bancos y taquillas y en el otro lado hay una barra. En la pared frente al cristal hay unos altavoces enormes y una mesa llena de papeles. Allí está una mujer sentada que parece que está esperando a que llegue la gente, esa debe de ser la profesora.
Cuando voy a dejar las cosas en mi taquilla, Sara entra en la sala con una enorme sonrisa y su característico aire de superioridad. Viene acompañada de todo su grupo, obviamente, y al pasar golpea mi bolsa a propósito para tirarla al suelo. La bebida que tenía guardada dentro se abre y todo su contenido se esparce por el suelo.
Por si eso fuera poco , se gira y grita , asegurándose de que la profesora lo escuche:
- ¡Pero María! Casi me manchas , ¿ no sabes que este suelo no se puede mojar?
- Pero si tú... - comienzo a decir en un inútil intento de echar la culpa a Sara, pero la voz de la profesora me interrumpe:
- ¿ Qué ha pasado aquí ? - dice a la vez que se acerca a nosotras con cara de pocos amigos. Es morena , con una melena larga y rizada, apostaría que tiene unos 30 años
- Se le ha caído su bebida - dice Sara señalándome con un dedo acusador
- Al final del pasillo está la sala de limpieza - dice la profesora dirigiéndose a mi - ve a por una fregona y limpia este desastre - dice muy seria.
Salgo corriendo de la sala de baile muerta de vergüenza, esa chica no tiene límites... Cuando regreso me pongo a fregar el suelo, ignorando las risas del grupito de Sara y las miradas de pena de mis amigos, mientras, la profesora se presenta y explica cómo van a ser las clases:
- Me llamo Sandra y voy a ser vuestra profesora de baile. Los lunes y miércoles trabajaremos el baile contemporáneo, los martes y jueves el moderno y los viernes baile de salón. En cuanto a los sábados... haremos un poco de todo, ya os iré diciendo. Por tanto hoy vamos a comenzar con el baile contemporáneo - dice antes de comenzar a explicar el primer ejercicio. Mientras lo hace yo continúo fregando el suelo ya que la mancha no sale ni a tiros.
Después de estar una hora restregando me dirijo rendida hacia la profesora pidiéndola que me deje bailar :
- No vas a bailar hasta que vea el suelo reluciente - me dice penetrándome con la mirada
- Es que la mancha no sale y me gustaría poder bailar en mi primera clase - realmente lo deseo
- Si no quieres seguir limpiando el suelo , ahí tienes la puerta - cuando dice eso, mi cuerpo arde de furia y todo por culpa de una persona : Sara.  Lleva fastidiándome desde que llegó, pero esto... esto no lo voy a consentir
- No pienso seguir limpiando el desastre de otro - digo muy furiosa, mirando directamente a Sara a los ojos. El resto de la clase ha parado de bailar y me miran atónitos- me voy , yo aquí he venido a mejorar como bailarina, no a perder el tiempo - digo con decisión .
- Como quieras, ya me has demostrado el tipo de persona que eres. Vas a pasarlo muy mal este curso - sentencia
Cojo mis cosas y salgo rápidamente de la sala de baile, corro hacia fuera del edificio sin rumbo fijo.
Necesito hablar con alguien para desahogarme, pero como mis amigos de aquí están en clase decido llamar a una persona a la que apenas he echo caso desde que llegué aquí :
- ¿Qué hay Jason? - digo intentando ocultar mi enfado.
- ¡Hombre! Pero si pensaba que te habías olvidado de tu mejor amigo. No me contestas ni a los mensajes - parece enfadado, y con razón, no he cumplido mi promesa de mantener el contacto con él
- Lo siento, he estado muy liada - le cuento todo lo que me ha ocurrido durante el poco tiempo que llevo en España. Hablamos durante un buen rato para ponernos al día. Él me comprende cómo nadie y necesitaba su apoyo en estos momentos, me alegro de haberle llamado. Antes de finalizar la llamada dice:
- Me he enterado de lo que le ha pasado a tu hermano... Lo siento muchísimo. ¿Estás bien?
- Intento no pensar mucho en ello... Pero la verdad es que lo estoy pasando fatal. Sé que mi relación con él no era la mejor... Y me arrepiento. ¿Sabes la frase de "nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes"? - hago una pequeña pausa pero él guarda silencio- Pues me ha pasado. Necesito que se ponga bien. Si no... No sé lo que haría.
- Entiendo que te sientas así, pero tú hermano es un chico muy fuerte y va a salir de esta. Además se nota lo mucho que te quiere y estoy seguro de que desea que aproveches esta oportunidad y brilles como nunca.
En ese momento recuerdo las últimas palabras que me dijo antes de marcharme "

Regreso a mi habitación mucho más feliz de lo que estaba hace un rato.
Aprovecho la tarde para ponerme al día con las asignaturas aunque apenas hemos dado temario. Después de un rato estudiando alguien me llama al móvil, es papá. Cojo el teléfono rápidamente porque probablemente habrá novedades sobre el estado de salud de Carlos
- Hola cariño - me dice con tristeza
- Hola papá, ¿ cómo está Carlos?
- No te voy a engañar... He intentado evitar esta conversación todo el día para no preocuparte... Pero debes saberlo - no sé si estoy mentalmente preparada para escuchar una mala noticia pero hago de tripas corazón y digo con un nudo en la garganta:
- Dime
- Carlos está en coma... No saben si va a despertar... Y si lo hace no saben cuando lo haría... Lo siento mucho cariño - dice medio llorando. Me quedo en blanco, con la cabeza dándome vueltas. En ese momento no me salen las palabras así que cuelgo el teléfono y me tiro sobre el colchón. Estoy en estado de shock , no sé por qué pero ni siquiera tengo fuerzas para llorar, mi cuerpo no responde y finalmente me quedo dormida.

Los dos días siguientes transcurren con normalidad. Estoy bastante deprimida por la situación de mi hermano pero mis amigos y las clases me ayudan a evadirme de la cruda realidad. Carlos sigue sin despertar . En las clases de baile permanezco al fondo pasando desapercibida y rezando para que la profesora no me dirija la palabra, y no lo hace. El acoso de Sara cesa y por las noches ni siquiera viene a dormir a la habitación, cosa que agradezco.
Casi sin darme cuenta ya estamos a jueves.
Me levanto con desgana y me ducho. Ayer estuvo todo el día lloviendo y hoy parece que va a ser igual. Me pongo una sudadera azul para estar calentita y me cubro la cabeza con la capucha. Salgo de la habitación y llamo a la puerta de enfrente. Marta y Nat me reciben con una enorme sonrisa y juntas nos marchamos a desayunar al comedor. Jorge y Mateo se unen a nuestro grupo por el camino y al entrar, el comedor está lleno de gente, algo que se me hace bastante raro ya que los anteriores días yo desayunaba más pronto y no había casi nadie, pero prefiero estar con mis amigos, así que este horario es mejor.
Nos dirigimos hacia la barra donde sirven la comida y nos ponemos al final de la enorme cola.
Cuando por fin cojo la bandeja un grupo de chicos entra dando voces en el comedor. Es el grupo de Sara, pero pese a lo dormida que estoy me fijo en un detalle: hay una persona más en el grupo. Es un chico alto y moreno, pero como me está dando la espalda no logro ver su cara.
- Es mi hermano - me dice Marta, que se ha dado cuenta de que le estoy mirando. Intento hacerme la loca y cojo los cubiertos para dejarlos en la bandeja. Cuando cojo un vaso me giro para seguir observándolo. El chico se gira y puedo verle la cara. Me quedo con la boca abierta: es guapísimo. La camiseta blanca y los pantalones vaqueros que lleva le quedan genial, tiene un tipo espectacular , se nota que hace mucho deporte. Se parece un poco a Marta ya que los dos son muy guapos. Pero él... es especialmente atractivo... Sara se acerca hacia él y le agarra por la cintura. Ambos se observan sonrientes durante unos instantes y tontean diciéndose cosas al oído que hacen reír al otro, algo que por alguna razón me hace sentir asco. Sus bocas se acercan y acaban morreándose descaradamente delante de todo el comedor, algo que me produce náuseas. Él la agarra del culo mientras el resto de la gente de la cafetería pasa ampliamente de la escena que están montando en la entrada del comedor. Supongo que debe ser algo habitual en ellos. Me giro para no seguir contemplando esa escena tan asquerosa y al hacerlo olvido completamente que tengo un vaso de cristal en la mano , este cae al suelo haciendo un ruido horrible que hace que todo el comedor, incluyendo a la empalagosa pareja, se gire para mirarme.

Fin del capítulo. Deja tu comentario y voto.
Pobre María... ¿Irán las cosas a mejor a medida que pasen los días? ¿O por el contrario la situación empeorará?

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