Shades of Gray - Larry Stylinson

Capitulo 7

—Dijo que mató a alguien.

— ¿Qué?

—Dijo que mató a alguien, —repitió Harry, manteniendo baja la voz. Louis estaba en la ducha; Harry podía escuchar el golpeteo del agua incluso con la puerta cerrada, pero esta conversación era privada—. Dijo que no era como yo pensaba. No sé si eso significa que no fue él directamente responsable o solo que no fue un tiroteo.

Estábamos hablando de tirar del gatillo, —explicó.

— ¿Cómo llegaron a ese tema? —Harry podía escuchar los engranajes mentales de Liam girando.

—Es una larga historia. Y una que nunca te contaré.

—Bueno, es nuevo para mí, —dijo Liam—. Nunca me ha llegado ninguna información de que Tomlinson cometiera un asesinato.

Eso era lo que Harry había imaginado. Liam Payne había estado en la fuerza anti-drogas por quince años y si existía un rumor ahí afuera, él lo sabría.

— ¿Te dio algún dato más? ¿Quizá, un nombre?

Harry dejó salir una risa corta. —No. No es que fuera a confesar un crimen por voluntad propia.

—Sí, pregunta estúpida, —concedió Liam—. Preguntaré por ahí, pero no me esperaría conteniendo el aliento.

—Está bien, mira, hay algo más...

—No puedo hablar ahora, —dijo Harry—. ¿Podemos vernos más tarde?

—Seguro. Dame un par de horas. ¿Qué te parece en The Quaff cerca de las cinco? Podemos tomarnos una cerveza antes de ir a casa.

—Nos vemos.

Las cinco en punto no pudieron llegar más rápido para Harry. Estaba cansado de tratar de ignorar a Louis en un espacio de noventa metros cuadrados, su esencia comiéndoselo incluso a través de una puerta cerrada. Tan difícil como le fuera admitirlo, extrañaba la camaradería que empezó a sentir con Louis, la facilidad en su presencia que se sentía peligrosamente cerca de la amistad. Pero ese camino era oscuro y desconocido, ninguno que Harry quisiera recorrer. Prefería quedarse en el bien conocido camino de la distancia.

Pero extrañas el sonido de su voz, su voz real, no la defensiva que usa contigo ahora.

Harry caminó hasta la puerta de Louis, desahogando su frustración en un golpe fuerte. — ¿Louis? Necesito hablar contigo.

— ¿Qué?

—Sal, —ordenó, rehusando la indignidad de hablar a través de una puerta. Louis lo rozó cuando pasó para arrojarse en el sofá.

— ¿Bien? —siseó, arqueando una ceja

Harry se sentó en la silla reclinable. — ¿De qué hablabas la otra noche? ¿Sobre matar a alguien?

Louis levantó ojos aburridos hacia Harry. —Nada.

—Louis, no me vengas con esa mierda, yo...

—No soy un jodido imbécil, Harry. Me dejaste claro cuál es tu papel aquí. El extraordinario Agente del FBI, ¿cierto? —Louis hizo una mueca—. Tengo que ser bastante estúpido para decirte cualquier otra cosa.

Harry dejó salir el aliento impaciente. —Está bien. No quieres hablar de eso, entonces hablemos de Hinestroza. ¿Cómo te involucraste con él?

—Ya te lo dije.

—No, —corrigió Harry—. Me contaste la versión aguada. Ahora quiero la historia completa.

Louis se levantó. —Esto requiere una cerveza. —No le ofreció una a Harry, pero aun así este esperaba el favor. Echó el brazo hacia atrás incomodo cuando Louis regresó con una sola botella en la mano.