Comienzos

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Asami:

Tranquilidad

Si lo que mas necesitaba en estos momentos era Tranquilidad. Solo eso. Nada más. Mucho más en la madrugada. El trabajo a crecido en este ultimo año que ha pasado en un abrir y cerrar de ojos, sabia perfectamente que ser padre, tendría sus costos y que estos claramente significarían sacrificios, no tengo mucho de que quejarme, el trabajo a incrementado, sí, pero eso significa mas dinero, así que no hay problema.

Aun siendo así, ni todo el dinero del mundo funcionaria en esos momentos, estúpidamente darle dinero a unas crías para hacerlas callar son los pensamientos mas idiotas que me ha pasado por la mente, debido al cansancio.

Durante los primeros 4 meses han sido en verdad una tortura, es verdad que mi trabajo consigo acabarlo incluso hasta el día siguiente sin descansar y eso se puede repetir por unos días extras, por lo que pensé que no habría problema, al menos para mi, Akihito seria otro caso. En fin...so consiente que dejaba un peso extra a Akihito al cuidado de las niñas, ya que Kirishima no se la podía pasar de abuela en casa, lo necesitaba también en la oficina, por lo que llegando a un acuerdo contratamos a unas sirvientas y unos guardias para el cuidado de las niñas y dichas trabajadoras. Logre pensar que seria fácil para mi el lidiar con llantos nocturnos debido a mi horario de trabajo. Pero.....me equivoque, no lo era y jamás lo seria.

Cada noche de esos primeros meses fueron una tortura, tanto para mi y el doble para Akihito, las madrugadas se convirtieron en nuestro rotundo enemigo privador del sueño tan necesitado por nuestros cuerpos. Ya sea cualquier hora de la madrugada, la mas odiada por nosotros eran las 3 am....Esa era la hora exacta en la que las niñas despertaban, se que lo hacen a propósito, duermen todo el jodido día sin causar molestias a nadie, solo se levantan a comer, jugar un poco y hacer del baño, nada mas, todo lo demás es siesta tras siesta, para que para despertar justo cuando nosotros apenas logramos pegar un ojo e incluso ni llegar a hacerlo.

Tengo que admitirlo, no me molesto al principio, pero conforme pasaba el tiempo dejo de ser tan sencillo....únicamente se levantaban por que habían llenado lo suficiente de dormir, creyéndose vampiresas, en ocasiones se levantaban y al no ver luz o a alguien cerca incluso un sonido, comenzaban a llorar por abandono, llorar por caprichos a ser acogidas en brazos, llorar por cólicos, llorar por no jugar con nadie, llorar...para jodernos la noche.

En probabilidad de cual era el mayor eran: Los caprichos.

Siempre no había falta en la semana de no desvelarse por eso, llegábamos incluso ambos tarde del trabajo y apenas lográbamos bañarnos e incluso posponíamos el baño para unas horas después por querer dormir y justo al poner peso muerto sobre la cama, sonaban los llantos...unas noches no eran problemas y deseábamos que fueran caprichos, ya que al tenerlas unos 15 minutos en brazos o con el simple hecho de acostarlas en nuestra cama, dejaban automáticamente de llorar y a los minutos quedaban en coma. Un Milagro.

A decir verdad no pasaban de una hora en llorar o quedarse dormidas, pero el hecho de cargar con trabajos que no son nada acordes a un horario normal, es una verdadera joda.  Ya que ambos al llegar exprimidos al extremo nuestros cuerpos gritaban descanso. Pero como sacrificios al hecho de ser padres, debíamos de aguantar unas horas menos de sueño y un par de horas después retomar el día.

Nunca he podido enojarme con ellas con el transcurso del tiempo, si fueran otros ya los abría botado e incluso ni había abierto la puerta por ellos, pero al verlas a ellas haciendo muecas de enfado o berrinches infantiles, me era extremadamente difícil incluso verlas molesto. Y si eso llegara a ocurrir, ellas ni siquiera se inmutarían de mi enfado, les valdría un pepino y se dispondrían a jugar e ignorarme. A pero si hablamos de prestarles atención a ellas es un caso muy diferente, es como ver a dos pre-adolescentes en cuerpos de un año y medio. Podría hacerles cualquier mimo o regalo y no las sacabas de sus enojos, mientras que tu en vez de sentirte frustrado y enfadado, era todo lo contrario, con el simple hecho de mirarlas un poco a esos ojos "molestos" al igual que sus gestos de gran enfado, no podías estarlo. No si te ven de esa manera tan adorable, sin que te dieras cuentas ellas ya te tenían sujeto y apresado en sus diminutos puños regordetes.

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