Capitulo 4 Mask

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Sialgo debía decir Víctor era que estaba sorprendido. No sé esperoque al abrir su correo laboral la mañana del domingo se encontraracon la imagen de un pene en pleno orgasmo. Era una gran sorpresa.Durante la noche que recibió el correo pensó en muchas cosas,conocía el remitente del correo y en lugar de estar enojado, sesintió extrañamente muy excitado. Yuuri Katsuki era, sin mentir, unjoven sencillo, relleno y con un complejo de personalidad muy grandeque destellaba a lo lejos. Pero Víctor mentiría si dijera que desdeel primer momento que se cruzó con él no pudo evitar pensar que elcerdito le pareció adorable.

Teníaconciencia lo que este elevaba en su interior, y por ello Víctorhabía pedido estrictamente que los informes semanales de ladirección financiera los resumiera él para poder interactuar unpoco más. Pero su querido subordinado no era muy conversador, y noparecía dispuesto a buscar una conversación informal interactuarlibremente con un superior. Tal como se esperaba de un japonés.Aunque el ruso de vez en cuando intentaba sacar conversación conYuuri luego dar el informe semanal, pero cuando tenía la oportunidadeste huía, y solo se limitaba a unas leves miradas hacía Víctorcon respetuosas palabras. Por ello, cuando recibió el correo del queintuía era el pene de su subordinado en pleno orgasmo, estaba másque perplejo, no supo en un primer momento como reaccionar si setrataba de una broma, o una equivocación pero viendo el contexto,Víctor creía que lo más probable era la segunda opción.

Noquería tener que amonestarlo con ello, pero era una falta de respetomuy grande, y si se trataba de un descuido, era incluso mucho máspeligroso, pues si Yuuri trabajase en relaciones constantes coninversionistas, con un descuido como ese podría poner en riesgo laimagen de la empresa. Trato de pensar frio. Verdaderamente el ruso noquería despedirlo, el joven Katsuki había resultado ser muyeficiente, se notaba que tenía auténticos deseos de trabajar y dartodo de sí, pero como presidente de la empresa estaba en su debertomar cartas en el asunto.

Fueentonces que se le ocurrió una gran idea, como una estrella fugazatravesó la idea descabellada. ¿Y si no era ninguna de las dosopciones anteriores, y el pequeño cerdito le estaba mandando unainvitación?, Víctor pensó en esa diminuta posibilidad, habíaescuchado que los japonés guardaban dentro de sí un alma muyardiente y erótica que no todo el mundo conocía, y que era por elloque era uno de los mayores países con prostíbulos legales. Noestaba dejando a Yuuri en el nivel de un prostituto, pero si era unaverdadera invitación a algo más de lo formal, Víctor no iba adesperdiciarla. Ideo un plan, uno que hiciera que el japonés notuviera más opción que hacer lo que quisiera. En su modo de Jefe,exigió la presencia de Yuuri en su oficina la mañana del lunes, nosabía bien como debía recibirlo así que preparo todo lo necesario.Tomo uno de sus mejores trajes, se arregló y perfumo con uno de susmejores esencias. Aunque fuera inicio de semana, preparo secretamenteun par de copas con una botella de vino tinto.

Llegoa su oficina saludando a todos, muchas personas le dirigían lamirada, embobadas por su imagen, y Víctor no iba a negarlo, sabíalo que elevaba a las personas, incluso lo había notado en el propioYuuri, en múltiples ocasiones lo había visto observándolefijamente, cuando se veía descubierto y el ruso haciéndose elinocente, hacía como que no se daba cuenta. Pero no podía negar queel encantaba ese juego, solo que ya era momento de darle una forma.

Lasecretaria le indico a Víctor que Yuuri se encontraba afuera, leindico que le dejara pasar, dando tiempo para preparar su máscara.Una que desde hacía muchos años el ruso utilizaba, especialmentecuando se encontraba en el ámbito laboral, esta era de mascara dejefe gallardo, duro y firme con sus empleados.

Desdeel ventanal observo como el pequeño cerdito entraba y se encontraba sumamente nervioso, y de cierto modo le divertía aquello. Le decíadentro de sí que no debía preocuparse, su empleo no peligraría, nosi jugaba bien sus cartas.

OH MY BOSS  (Concluida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora