Capítulo 2 - Netisha

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<<…56, 57, 58, 59, 60>> Dos horas habían pasado desde la partida. Dos horas de completo silencio. Netisha se sentía más sola que nunca, su compañero de viaje no había soltado vocablo tras dejar el pueblo atrás y Wells, por su parte, se había dedicado a contar los segundos de silencio que ninguno de los dos interrumpía. 

Se reafirmó sobre el caballo y simplemente le siguió el paso al hombre que la guiaba. Ella no podía dejar de verlo contrariada ¿Por qué un joven tan bello la escoltaría sin pedir nada a cambio? Decidió  intentar entablar una conversación con el caballero.

-No me has dicho tu nombre- Murmuró ella haciéndole honor a su timidez. El joven la miró por sobre su hombro con el ceño fruncido. No había oído su comentario- Dije que no me has dicho tu nombre-Repitió Netisha su frase, esta vez más alto.

-William- Le sonrió el muchacho, luego él volvió su vista al camino.

-¿William qué? - Inquirió Netisha

-Vatt, William Vatt- profesó él sin mirarla.

-¿Y, si me permite preguntar, dónde ha aprendido el italiano, señor Vatt?- Preguntó la muchacha

-Las institutrices son lo suficientemente calificadas como para enseñarlo, ¿No lo cree?- Dijo el joven. Netisha se desesperaba con sus respuestas desinteresadas. Era bien sabido que no se puede conversar con quien no tiene interés de corresponder. Guardó silencio y profesó un asentimiento. -¿Y usted?

-¿Cómo sabe que eh aprendido la lengua italiana?- Contraatacó  la dama.

-No me hubiese cuestionado en primer lugar su no supiera lo básico de la lengua, señorita- El chico la miró.

-En ese caso, ose disculpar estimado caballero, mi terco cuestionamiento- Exclamó ella divertida. El le sonrió.

-Will, dime Will- Ella le dedicó un gesto cómplice y desvió la mirada.

Se concentró en el paisaje. Altos pastizales con múltiples colinas; flores amarillas y violetas; árboles centenarios y aves cantarinas. La vida colmaba ese espacio. El sol hacía resaltar el vestido de Netisha. Los recuerdos de las primeras semanas huyendo volvían a su mente. Esas noches solitarias, en las que extrañaba su hogar. Se preguntó donde pasarían la noche. Regresó su vista a Will con intención de preguntarle, el sol se reflejaba en su rubio cabello. Pensó en todas las fantasías infantiles donde se encontraba un salvador vestido de azul. Pero William no estaba vestido precisamente de azul, más bien de marrón y gris.

-¿Dónde pasaremos la noche, señor Vatt?- Dijo Netisha quitándose absurdas ideas de la cabeza.

-Pues donde estemos al anochecer- Expresó el joven quitándole hierro al asunto- No tiene problema ¿Verdad?

-Para nada- Respondió ella de igual forma. Realmente no le molestaba dormir en el descampado. Desde su huída había tenido que hacerlo incontables veces.

 -¿No le causa temor?- Inquirió el muchacho.

-Desgraciadamente, no- Él la miró a los ojos. Pocas personas en su vida la habían mirado de esa forma, con un contacto visual puro y sin intenciones ocultas.

-¿Se puede saber el motivo de su osadía?- Preguntó William.

-Así es más fácil mirar las estrellas- Dijo Netisha. El joven se sorprendió.

-¿Las estrellas?- Preguntó el confuso.

-Sí, me recuerdan a mi hogar- Suspiró Netisha. 

Counting Stars [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora