Capítulo 5

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Cap 5

Después de esa... extraña excursión, no volví a ver a Aidan. Por dentro me moría por buscarlo, por llamarlo, poder salir a tomar algo como le dije en ese correo, pero es que no me atrevía, cada vez que estaba a su lado mi pulso se disparaba y sentía mucho calor, me ponía super nerviosa y aunque tampoco era una sensación del todo desagradable, el solo imaginarme su rostro ya me dejaba en las nubes. No me atrevía a hablar con el, a verlo, a estar a su lado, no me atrevía y me moría de ganas, enserio. Tuve que pasar todo el verano tan solo con mis recuerdos, releyendo los correos y esperando un mensaje suyo, que a mi pesar nunca llegó, pero claro, como se me ocurriría pensar que algún día me hablaría, el que me ayudase con los deberes solo fue un gesto de amabilidad y por parte de su trabajo, no tenía por que comunicarse conmigo, yo no era nada especial para el y lo mas seguro, nunca lo iba a ser. Por lo que me pasé todas mis vacaciones con la idea en la cabeza de olvidarme de el, de mantener mis pensamientos en frío, no dejarme llevar. El era imposible para mi y cada día tenía esa imagen mas presente. No me iba a permitir sufrir por algo imposible. Lo iba a olvidar y volvería a mi vida normal antes de su llegada, aunque por dentro... no podía evitar sentir que lo amaba.

Elio también se fue del país el mismo día siguiente al de la excursión, por lo que no lo vi mas en todo el verano. Cuando nos despedimos fue un momento incómodo, el no se atrevía a tocarme ni a acercarse mucho a mi, y yo mucho menos le dirigía unas pocas palabras. Era normal, lo que pasó el día anterior fue muy extraño, aunque seguía en pie lo de la cita, no volvimos a hablar de ello.

Yo por mi parte, me fui el último mes de vacaciones a la casa de mis tíos en la playa. No fue lo mas divertido del mundo, ya que no pude ver a mis amigas, pero por lo menos me divertí con mi hermana y mis dos primos pequeños, son unos remolinos.

Después vino mi cumpleaños y el de mi hermana, nuestro diecisieteavo cumpleaños. Era una emoción muy grande estar a tan poco de tener los dieciocho y poder decir que somos unas jóvenes adultas con todos sus derechos. Montamos una pequeña fiesta en la playa y pude ver a mis amigas, comimos de todo, reímos, hicimos juegos y demás, la verdad, para mi fue un cumpleaños como todos los demás, pero siempre me lo acabo pasando bien.

Y al fin el día no muy esperado. El primer día de clases en el bachiller de Letras, junto a Mia y a Thais. Y no con tan buena suerte, con Elio también.

******

"¡Ay por Dios, ay, ay, ay!" repetía una y otra vez Naomi, una de nuestras compañeras de clase, recuerdo que hace un año éramos muy amigas, ahora solo hablamos de vez en cuando.

Estábamos todos dentro de nuestro salón de clases, por una vez yo y mi hermana llegamos temprano. Cléa ya no estaría en mi clase, ella había decidido hacer un bachillerato diferente, eso me entristecía un poco, siempre lo hemos hecho todo juntas, siempre éramos casi inseparables, pero ahora era hora de llevar mi propio camino, lejos de mi melliza. Con suerte hoy pude levantarme temprano con la pequeña emoción de que sería el primer día, sin nadie de por medio que hiciera ese día más emocionante.

"¿Qué es lo que ocurre? ¿Por qué tanta emoción?" Preguntó Thais, la cual se acercaba junto con nosotras al pequeño grupo de chicas que se formó en un rincón de la clase.

"¿No os habéis enterado? Al parecer, uno de los profesores más guapos del instituto será nuestro tutor." Comentó Naomi, mientras reía y fantaseaba junto con las demás chicas. Mis amigas y yo nos miramos con curiosidad. Había pocos profesores guapos y jóvenes en este instituto.

Entonces la realidad cayó sobre mí, había dos posibilidades yo creo. Que fuera el profesor de Educación Física, el cual estaba más o menos considerable, o para mi temer, que fuera...

Mi Profesor. Mi Querido Profesor ···Donde viven las historias. Descúbrelo ahora