Capítulo 13

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Cap 13

"Suerte en el despacho del 'Profesor Amor'." una nueva risa se escuchó a mi costado, proveniente de mi mejor amiga y peor bromista del mundo.

"Vamos Mia, déjala..." otra risa a mi lado, esta vez de mi otra mejor amiga.

Puse los ojos en blanco, excluyéndome de la estúpida conversación que tenía que ver directamente conmigo pero que era eso mismo, estúpida.

Al parar de caminar, levanté la cabeza, para ver escrito en la puerta: 'Departamento de Historia - Aidan Will' y mi corazón pegó un brinco al volver a pensar que tenía que encontrarme con él y lo peor, a estar a solas con él. Tan solo pensar en su nombre, me provoca escalofríos por todo el cuerpo.

"Llegamos a tu parada." Volteé hacia Mia rápidamente. Se me olvidó por completo que ellas estaban conmigo. "Mucha suerte con tu amorcito." Me sonrió de lado y me picó en el hombro, yo tan solo la fulminé con la mirada.

"Nos vemos luego en clase Leah ¡Suerte!" exclamó Thais siguiéndole un poco el juego a Mia, ya desde lejos.

Una vez se fueron, me quedé parada delante de la puerta, esperando a que alguien me llamara a mis espaldas y me condujera lejos. También podía obligarme a mí misma a salir de allí y desobedecer a Aidan, pero claro, por el humor que tenía hace unas horas, no lo veía la mejor opción.

Con toda la fuerza de voluntad posible, toqué la puerta de manera tan débil, que creo que ni llegó a escucharlo, pero pasados unos segundos, su voz desde dentro me pidió pasar. Sintiendo mis manos sudorosas, tomé el pomo y lo giré lentamente, todavía esperando cualquier señal para marcharme. Pero obviamente, nada pasó y yo acabé entrando.

"Leah, siéntate." Mi mirada estaba fija en el suelo, pero no pude evitar aliviarme un poco al escuchar que su tono de voz volvía a ser el de siempre. Cerré la puerta tras de mí y tomé asiento torpemente en la silla colocada justo en frente de su escritorio. "Antes de nada, discúlpame por mi tono de esta mañana, me parece que fui un poco maleducado."

En ningún momento dirigí mi vista al frente. No quería verle, estaba molesta, no por dejarme casi en vergüenza en clase, si no por la mirada cruda y sin sentimiento que tuvo el valor de darme, haciéndome recordar lo mal que lo pasé, como reprochándome, dándome a entender el odio que debía tenerme. Y eso me dolía tanto...

"No se preocupe..." contesté de manera cortante, endurecí mi expresión y con gran dificultad, pude verlo a los ojos y casi me arrepentí al momento, pues su semblante era tan inexpresivo, neutral, que llegué a pensar que en realidad sus palabras no eran ciertas, lo dijo por decir.

"Verás Leah, estas semanas te he visto algo extraña." La sombra de una sonrisa apareció en mi rostro al escuchar cómo se oía algo preocupado, pero tan rápido como vino, se fue. Tenía que mantenerme sería y fría, no podía dejarme caer tan rápido ante el dolor. Tenía que ser fuerte, aunque fuera por unos minutos. "No atiendes en clases, pareces perdida, en otro mundo... ¿Te encuentras bien?" y al final, no pude evitar sonreír un poco. Sonaba tan... atento ¿y yo creyendo que me ignoraba todo el tiempo, cuando al final si que me prestaba atención? Eso no pudo ponerme más feliz. Si tan solo supiera por qué... o más bien, por quien...

"Perfectamente." Respondí, mordiéndome la lengua para ocultar cualquier rastro de ilusión.

Frunció el ceño, seguramente ante mi manera cortante de contestar y pasó su mano por su cabello despeinado, suspirando con frustración.

"A ver Leah. Soy tu tutor, por lo tanto, quiero ayudarte. Si tienes algún problema puedes..."

"Le he dicho que estoy bien, no tengo ningún problema." Y tampoco puedo decirte nada... Me levanté de golpe, dispuesta a marcharme y sintiéndome orgullosa de mi fuerza de voluntad. "Y si eso era lo único que quería, supongo que aquí se acaba mi castigo." Dispuesta a irme y respirando con normalidad finalmente, como si hubiera estado conteniendo el aire todo el tiempo, estuve a punto de abrir la puerta.

Mi Profesor. Mi Querido Profesor ···Donde viven las historias. Descúbrelo ahora