Los monstruos son reales, y los fantasmas también; viven dentro de nosotros y, a veces, ellos ganan. (Stephen King)
El miedo puedo ser interpretado de muchas maneras, algunos le tememos a los monstruos, otros a los fantasmas, brujas, demonios, asesi...
Desperté por la molesta luz que llegaba desde mi ventana. Me estire un poco y observe al lado de mi cama el colchón estaba hundido.
Salí corriendo hasta llegar a la sala, la televisión estaba encendida y se sentía el olor a café recién hecho.
Tome un jarrón y entre con precaución. El sonido de una grabadora me hizo soltar el jarrón que cayó de mis manos y se hizo pedazos.
Tal vez son los nervios de estar sola, me preparo el desayuno.
Paso por el corredor y al llegar al salón principal, mi alfombra esta manchada por unas pisadas de lodo.
Salgo corriendo a la habitación me cambio de ropa y salgo afuera. Me siento en la acera, tengo miedo abrazo mis piernas.
El buzón de mi casa y si escribo una carta, no tengo teléfono, no hay señal es mi único medio de comunicación.
Llegó hasta el buzón y en él hay dos cartas del mismo remitente Tomás.
Camino hacia la acera y me siento para leer las cartas.
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Una lágrima cae por mi mejilla que hermoso, esa Jane tiene mucha suerte, me gustaría usar algunas frases para mi libro, ellos si tienen idea lo que es el amor.
Me preguntó porque estás cartas me llegan a mí, si me encuentro con el casero le diré que le diga al dueño de las cartas que es una correspondencia equivocada.
¿Pero estas cartas llevan mi dirección?, ¿cómo puede confundir la dirección de su amada?
Revisó el buzón y está vacío, tenía la esperanza de que las cartas eran viejas y las olvidaron en el buzón.
¿Qué clase de broma es esta?, y más aún ¿qué sucede con esta casa?
