Detrás de la sonrisa

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A veces me preguntó porque algo que fue inventado para la diversión y entretenimiento, puede convertirse en algo terrorífico.

Recuerdo muy bien esa mañana que lo conocí, un nuevo vecino se había mudado a nuestro barrio, mamá insistió en normas de cortesía. Así que por costumbre, le invitamos a galletas al vecino nuevo.

Hacíamos una especie de sorteo, para ver quién de la familia, le tocaba dar el presente. Yo salí seleccionada, por lo que ahora me encuentro en frente de su puerta.

Toque el timbre, pero no obtuve respuestas, estaba por rendirle y retirarme, hasta que escuché el sonido de unas cadenas y posteriormente la puerta fue abierta.

Al verlo, deje caer las galletas del susto.

Enormes zapatos, nariz rojiza, cabello bicolor: rojo y azul, muy esponjoso, ropa estrafalaria, un overol. Su cara  teñida de blanco, en una de sus mejillas tenía dibujada una estrella, y luego esa enorme sonrisa cubierta con ese rojo desagradable y chillante.

—¿Qué deseas?

Ya había olvidado como modular palabra, estaba inmóvil, les guardaba terror desde el jardín de niños, cuando uno de ellos me encerró cruelmente en una caja, como parte de su "acto"

—Niña, has ensuciado mi entrada — dijo observando el desastre que había echo con las galletas.

—Lo siento.

Fue lo que logré decir, para salir correspondiente.

—Chiquilla tonta, pagarás por esto.

Entre casi sin aliento a mi casa.

—¿Qué te pasó?, Parece que viste un fantasma, estás pálida. Dime, ¿Le diste las galletas al vecino?

—Mamá​, escondeme — la abrace— es un payaso.

—cariño — mamá sonríe y acaricia mi cabeza —No debes tener miedo a los payasos, no seas bobita. Espero que no hayas Sido grosera con el vecino.

Regrese a mi habitación, me asome​ por la ventana y ahí lo Vi. Estaba repartiendo globos. a los niños del vecindario. Le quedaba un globo, y en eso su mirada se dirige a mi ventana, me sonríe y suelta su globo que va a parar a mi ventana. Yo lo sujeto, pero no veo venir el dardo que el lanza explotando el globo en mi cara.

Yo me retiro de la ventana y la cierro, muy asustada me voy a meter a mi cama. Me da miedo su sonrisa.

***

En la mañana, iba al colegio, pase al frente de la casa de mi vecino pero no había nadie.

Llegue al colegio y todo parecía bien, pero la maestra anuncio.

—Una de sus compañeras, cumple años hoy. Y los invita a la hora de receso, a una pequeña fiesta

Todos gritamos de emoción, la del cumpleaños era mi amiga, Alondra.

Ya a la hora del almuerzo, se organizo una especie de fiesta. Habían mesas arreglas y mucha comida.

—¡Atención todos!, Habrá un pequeño show, hemos invitado a un payaso.

Mi rostro palidecio al verlo subir al escenario. Sus pasos hacían un ruido molesto, cada ves que caminaba.

—Hola pequeños, para el acto de hoy, necesito un ayudante.

Todos los chicos levantaban la mano, yo trate de ocultarme agachando la cabeza.

—Tu, Hana de la clase dos, ven se mi ayudante.

¿Cómo supo mi nombre?, Y mi clase. Todos me aplaudian y animaban para participar, no pude negarme.

Camine hacia el escenario, el hizo que yo sostuviera unos globos sin inflar. Luego los tomaba de mi mano, y a gran velocidad hacía figuras de animales, rozaba muchos mis manos, cada vez que tomaba un globo. El globo más grande lo hizo explotar en mi cara, aunque los demás se rieron, yo solo llore y salí corriendo.

Al payaso no lo dejaron continuar, no lo vi más.

Llegue a mi casa, y le conté a mamá lo sucedido. Ella se molesto y dijo que hablaria con el vecino.

Mamá se fue a hablar con él. Yo no quise acompañarla tenía miedo. Pasaron unas horas, pero mamá no volvía.

Muy preocupada le dije a mi hermano mayor y accedió a acompañarme a la casa del vecino.

Fuimos a la casa del payaso, al abrir la puerta hizo mala cara. Aunque no tenía el rostro pintado, aún conservaba el traje.

—¿Qué quieren?— preguntó de mala gana.

—Disculpe que lo moleste a estas hora, pero mi mamá mencionó que vendría a verlo ¿Esta? — hablo mi hermano.

Yo solo me oculte detrás de él, mi vecino me daba miedo.

—No, aquí no ha venido nadie.

Nos retiramos de la casa.

—segura que fue ha hablar con ese payaso, ¿No fue de compras?

—No iba hablar con él

¿Dónde está mi mamá?

—Ya viste que no estaba, tal vez fue de compras y después hablaría con el vecino.

—Mamá​, no va de compras a esta hora.

Además no confirmamos nada, no entramos a la casa.

—Tienes razón, iré a buscar a papá al trabajo. Tú quédate en casa.

—Hermano, no me dejes sola, tengo miedo.

Gire hacía la casa del vecino, y puede ver claramente como la cortina de una ventana se movió, como si alguien nos vigilará.

—No seas tonta, cierra con llave. No le habrás a extraños.

Yo corrí a encerrarme, estaba sola en casa. Y tenía miedo, fui a revisar que todas las puertas y ventanas estuvieran enllavadas. El sonido de un vidrio quebrandose, me alertó.

Corrí a un lado de la casa, y la ventana de la cocina estaba rota.

Tome un cuchillo de la cocina, camine hacia al pasillo, escuché pasos hacia la escalera.

Corrí arriba.

—Mamá​, ¿Eres tú?

No obtuve respuestas. Otro vidrio se rompió, alterando más mis nervios. Entre a una de las habitaciones y el jarrón estaba roto.

La puerta del baño estaba abierta y con las luces encendida, eleve más el cuchillo.

La imagen que vi, hizo que soltara el cuchillo, corrí hacia ella, no pude contenedor mis lágrimas.

—Mamá​, ¿Qué te pasó?

Mamá estaba tirada en el baño, su cuerpo estaba cubierto de sangre. La abrace, le hablé, pero no reacciona. Fue cuando entendí, ella estaba  muerta.

La cortina del baño se movió. Era ese horrible sujeto.

—Es tu turno, pequeña Hana

Clavo el cuchillo en mi estómago, y me pateó incontables veces al rostro.

—Eso pasa cuando me haces enojar pequeña mocosa.

Llevaba un globo, lo dejo atado a la puerta.

—Supongo que me tendré que volver a mudar.

Sus zapatos enormes fue lo último que vi, hasta que todo se volvió rojo.


 

Midnight horror stories.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora