Detrás del armario.

41 3 0
                                    


La humedad se extendía por el estrecho lugar, la podredumbre y el olor a sangre. La sensación extraña de que alguien te estaba vigilando, sentir esa respiración fría y desagradable que sopla en tu cuello, poder sentir el temblor de tus piernas sin poder contenerlo, es un gran signo de impotencia y ansiedad.

¿Era de día o de noche?, ¿había alguna diferencia?, si estas al borde de la locura. Ese estado de frenesí podría controlar tu mente por completo, me he olvidado de mi misma, ¿Quién soy?, el leve aturdimiento de solo ser un objeto más dentro de ese armario era una sensación atemorizante.

Tic tac, el reloj seguía marcando con calma, como si el tiempo hubiese sido eclipsado con el único propósito de torturarme. La sensación fría y atemorizante de que la luz vuelva a mis retinas, solo fue ahogada por un leve grito agudo.

Si la puerta del armario fuese abierta, la bestia dueña de la habitación podría acordarse de mi existencia. Apenas tenía un poco de oxígeno para pasar mis desdichados días.

En un ataque de pánico al escuchar sus pasos cerca, mordí mis labios las heridas se volvieron a abrir otra vez, el leve temblor regresaba a mi cuerpo. Trate que los despojos de mi cuerpo sean lo más adaptable al estrecho lugar, solo tenía que contener la respiración por un tiempo, solo no tenía que notar mi insignificancia.

Los pasos se dejaron de escuchar, mi corazón volcó a gran velocidad como si fuese una competencia de caballos. Mordí mis rodillas para contener el dolor penetrante que me causaba el solo ver su rostro.

Los pasos se volvieron a escuchar como si se alejaran, aún no podía dar un soplo de alivio, mis ojos estaban cansados, mi cuerpo estaba maltrecho y herido, solo era un trapo viejo. Mi respiración fue cada vez más pausada, pero cuando sentí un leve resoplido en mi nuca, todos mis nervios se dispararon, esa persona estaba...

Solo gire mi cabeza un poco, hasta que mi visión se topó con la suya. Un par de ojos rojos me observaban.

—Con que aquí estaba mi cena. —su tono de voz era en forma de burla. Como si yo no lo hubiese podido engañar.

Mis ojos se ampliaron y un leve hormigueo se extendió por todo mi cuerpo.

—Ellie, pequeña, ¿acaso no fui benevolente al darte un tiempo para esconderte?

El hombre sonrió mostrando una hilera de dientes perfectamente nacarados, el pánico invadió de nuevo mi cuerpo, cuando el mostro sus afilados colmillos, sabía que era mi fin, no tenía escapatoria.

—Por favor—trate de salvar mi vida, en esta miseria.

—Shh...—era claro que él se divertía con la situación

Todo era mi culpa, yo había caído bajo los engaños y la seducción de este hombre que parecía tallado de roble como un cuadro de realeza europea, su tez pálida solo le daban más exquisitez de su encanto, pero todo era un vil engaño.

Era un alma muerta, solo tenía sed de sangre.

Solo rechine mis dientes apreté mi puño anunciado mi derrota. Sentía un dolor horrible cuando el clavo los colmillo en mi cuello.

Pronto sería un cuerpo sin vida, me estaba succionando el alma.

Afuera en la habitación no había más que cadáveres amontonados, que fueron víctimas de este elegante hombre.

Solo el armario es testigo de la crueldad del vampiro Bora.

Midnight horror stories.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora