Midnight horror stories.

Detrás de la oscuridad

"No entres a una casa ajena sin permiso"

"No te quedes en la oscuridad"

"No querrás saber que ocurre después"

***

En el barrio santa maría mis amigos y yo solemos jugar fútbol a muy altas horas de la noche, los padres se reúnen en tertulias y nosotros aprovechamos en el tiempo en divertirnos, es un pueblo muy tranquilo alejado de toda urbanización. Para cambiar un poco el ritmo y elevar los ánimos decidimos cambiar el tipo de juego, sudorosos y con mucha energía lanzamos una moneda al aire para escoger el nuevo juego. Juan había sido el ganador después de muchas lanzadas de la moneda al aire, el dice que juguemos kitbol* (futbel).

Todos escogen sus posiciones, yo estoy cubriendo primera base, Pedro segunda y Juan es el que lanza la pelota, los demás cubren el campo, en el equipo contrario la primera en patear la pelota es Laura, seguro no hace ningún home run, sonrió porque se que la detendré en primera base, así sucede todos pasan y logramos hacerle los tres out es nuestro turno en patear. Después de que lo hizo Pedro era mi turno.

- ¡Vamos Harriet tu puedes! - Me grita mi hermanito William desde un lado del patio, el tiene 8 años por lo que los demás no le permiten jugar pero me da ánimos como ningún otro, no es de extrañarse ya que nosotros tenemos de 14 a 15 años, un pequeño estorbaría como dice Manuel

Me preparo para correr, Eduardo era el capitán del otro equipo se prepara para lanzarme la pelota, rueda en una curva, corro para obtener un mayor impulso y sale muy lejos ¡Home run!, corro por todas las bases y brinco de emoción cuando llego a home, hice una carrera.

- Harriet, ¿sabes en que lugar cayó la pelota?

Niego con la cabeza, todos nos ponemos a buscar la única pelota que nos proporciona diversión, era la única del barrio y no podíamos perderla.

-Harriet, creo que se encuentra en el patio del señor Jones - me dice Francisco en tono de preocupación

-Yo no voy a esa casa

- Ni yo

Todos agachaban la cabeza, se negaban a ir, y no los culpo se dicen que en la casa del señor Jones esta embrujada

-Harriet es tu culpa, tu lanzaste la pelota deberías ir tu -me dice Eduardo

-No me da miedo, en esa casa asustan

-Pero es la única pelota que tenemos, ahora ¿con que nos vamos a divertir? -dice Laura entre lagrimas

-De acuerdo iré yo -ruedo los ojos -pero no voy sola - les advertí

-Saben mi mamá me dijo que no regresara muy noche - se disculpa Laura y sale huyendo como la cobarde que es

-Tengo que levantarme temprano, porque tengo que ayudar a mi papá en el negocio de la carpintería -bosteza Juan -Nos vemos chicos

Otro que sale corriendo, todos los demás se van solo quedamos tres, Eduardo, William y yo

-sabes no me gustaría dejar a una chica sola en una situación así...-hace una pausa un poco pensativo, como si inventara una excusa, luego dice en un tono impaciente y nervioso- recuerda que mañana hay prueba en el colegio y olvide que no estudiado y mi mamá me regañara si salgo mal, suerte en la búsqueda -sale huyendo el último cobarde

-Nos vamos para la casa, ni crean que seré tonta en ir a traer la pelota -le digo a William y trato tomarlo de la mano

William con los ojos llorosos, me jala la camiseta y con unos mocos saliendo de sus fosas nasales, señal que ya había llorado me dice