En su ausencia

49 3 2
                                    

-¡Llegué!

Ya había pasado una hora, y escuché la angelical voz de mi madre. Estuve encerrada en mi cuarto con mil pestillos en la ventana y puerta por temor a que Damian entrara por alguna razón. Apenas escuché a mamá cerrar la puerta, saqué el seguro de mi puerta y bajé corriendo a recibirla. Se sorprendió bastante cuando la abracé.

-Wow ¿Y toda esta muestra de cariño a qué se debe? -La miré aún aferrada, pero antes de responder cualquier cosa, ella intervino algo sorprendida. -No me digas que hiciste algo malo.

-No es eso. -Negué con la cabeza.

-¿Entonces qué?

-¿No puede una hija abrazar a su madre solo porque sí?

-Mmm, sí, se puede... pero es raro que en ti sea así.

-Qué importa. -Enterré mi rostro en ella. -Solo te extrañé. -En esos momentos me sentía salvada. Mamá podría llamar a la policía si veía a Damian. O corretearlo como mínimo. Pero sacarlo de nuestro hogar.

-¿Sabes lo que traje? -Preguntó con una sonrisa en la cara. Me separé de ella y la miré nuevamente. Con la misma sonrisa, caminó al interior de la casa, entonces dejó una bolsa blanca encima de la mesa, la cual no me dí cuenta que llevaba consigo hasta ese momento. De repente comencé a percibir un olor familiar.

-¿Comida china?

-¡Sí!

-Qué rico.

-No te siento muy motivada... a ti te encanta la comida china.

-Sí, es... es que estoy un poco cansada. Llegué a hacer tareas y no me bañé. Con el agua me despertaré un poco.

-Pero ¿y la comida? -Me hizo un puchero, me daba un poco de risa. Cuando estaba contenta, se comportaba como alguien casi de mi edad.

-¿Me esperas un poco? Sabes que me baño en un dos por tres. He estado esperando esa ducha desde que llegué.

-Bueno, pero rápido porque tengo hambre.

-Sipis. -Después de responder, subí trotando las escaleras.

Aprovecharía esa oportunidad para hacer que mi mamá se metiera en el garaje y encontrara a Damian ahí. La llamaría mientras estoy en la ducha, y así tener una excusa para que fuera ella en vez de mí y le preguntaría si me traería algo del garaje. Pero ¿qué podría ser?

En ese lugar, como ya antes había dicho, con mi madre dejamos todas las chucherías que casi ni usamos. Pero no llega a ser llamado basura, porque de igual forma ambas bajamos constantemente para ir a buscar alguna cosa de de ahí. Comienzo a romper mi cabeza, buscando algo que pudiera estar en el garaje y así llamar a mi mamá. A no ser... que solo le preguntara si fuera a ver si ahí hay algo... entonces se me ocurre. No es la gran cosa, pero al menos la haría bajar. Me meto al baño, doy el agua y me meto bajo la manguera. Espero un buen tiempo para después llamarla.

-¡MAMÁ! -Grité con todas mis fuerzas para que me escuchara. Después de un tiempo, siento que toca la puerta.

-Hija ¿me llamaste?

-Sí ¿me puedes hacer un favor súper grande?

-¿Qué pasa?

-Es urgente. Hace no mucho bajé al garaje con mi celular. Resulta que tengo que llamar a Nina porque me pidió que la llamara a esta hora para que la despertara. Apenas salga tengo que hacerlo.

-¿Pero no pudo poner una alarma?

-Se le perdió su celular y ocupa uno muy viejo en el que no le puede poner alarmas.

Mi demonio personal (En Pausa Por Edición💜)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora