Mi demonio personal (En Pausa Por Edición💜)

El primer demonio

Se supone que tenía que hacer 50 abdominales, 40 saltadillas, 60 saltos de cuerda y un minuto entero de tabla. Cada estapa tenía que hacerla en un minuto como máximo. Y todo eso era después de los 20 minutos de trote. Con solo pensar en todo ese tiempo haciendo deportes, me cansaba. Mi resistencia es peor que la mierda y para peor, mis audífonos se me habían quedado encima de mi velador. La música me distraía y no me hacía pensar que estaba tan cansada... pero con música o sin música, moría en un poco más de la mitad del tiempo.

Las etapas las hacíamos en paralelo a los hombres, pero el trote lo hacíamos juntos solo que ellos se quedaban trotando más tiempo. Teníamos dos profesores para dividirnos y así aprovechar el tiempo, pues a los hombres les exigían más. Más tiempo en trotar y mayor cantidad de ejercicios. Yo moría simplemente, insisto. No quiero exajerar, pero soy peor que la mierda en deportes. Mi resistencia da pena. Por lo menos, aun no eran las pruebas. Tenía un poco de tiempo para mejorar al menos un poco.

Cuando me volteo a ver a Emi, ella ya estaba estirando. Era increíblemente flexible. Tenía ya sus audífonos puestos. Su expresión no decía nada. Ella ya estaba acostumbrada a este tipo de cosas, pues iba al gimnasio muy seguido. Se notaba a la legua. Cuando la veía estirarse me daba envidia. Parecía un gato. Maldita. Entonces me mira y me pilla observándola. Yo le muestro mi dedo corazón mientras le hacía un puchero. Ella se echó a reír y al segundo después me sacó la lengua. Siempre le digo que tiene un físico envidiable.

Nina por otro lado también estaba estirando, pero a diferencia de Emi, tenía una cara increíble de no querer hacer nada. Sus ánimos pocas veces eran buenos en esta unidad, sin embargo en las pruebas era siempre la segunda o la tercera (con Emi encabezando la carrera). Yo, por mi parte... era un asco en ánimos y rendimiento. Ya me veía tirada en el piso tratando de respirar toda mojada por el sudor. No tengo un cuerpo como el de Nina o el de Emily, pero tampoco es que me disguste mi figura. Me gusta como soy... pero no me gustaba cuando se trataba de resistencia física.

Claro también hacía un intento de estirar. No quería lesionarme. En ese momento, sentí un leve cosquilleo en la nuca. Ese cosquilleo cuando sientes que alguien te mira. Instantáneamente busqué. Y me topé con unos lindos ojos claros. Me miraba de reojo. Estaba como perdido. Como si se hubiera quedado pegado. Pero unos momentos después me sonrió un tanto avergonzado. Yo le devolví la sonrisa algo muy tímida, entonces me volví a estirar mirando a otra parte para no sentirme tan nerviosa a causa de la mirada de Matt.

Empezamos a trotar. Las piernas de Matt eran rápidas, y las de Emi constantes asi que no se cansaba. Matt con solo sus pasos largos ya me había pasado cuatro o cinco veces. Cinco minutos después bajé la velocidad (o lo que se podía llamar velocidad) y consideré detenerme para caminar los minutos restantes. Pero sentí una mano en mi espalda que me dió un leve empujoncito. Me sorprendí.

-¿Vas a detenerte? -Me dijo Matt con una sonrisa que me daban ánimos.

-Yo no puedo más. -Respondí mientras corría como tiranosaurio rex en pleno sufrimiento. Matt rió.

-Si paras, va a ser más difícil después.

-Es fácil para tí decirlo. Eres increíble en deportes ¿Qué te da tu mamá de desayuno? No pareces humano. -A pesar de que lo dije en el tono más amable y simpático que pude, la reacción de Matt no fue la que esperaba. Un pequeño músculo en su mandíbula saltó, después miró al suelo cambiando el tono de su voz.

-¿No crees que sea humano? -Lo miré extraña.

-Lo...que dije era en broma... claro que eres humano... -Entonces levantó la mirada y sonrió torpemente y avergonzado.

-Claro, perdón. Solo he... yo... no importa. -Me miró tierno. No quisiera imaginarme qué estaría viendo mientras trotaba conmigo. No sé si un rex cojo con manos rotas o un pobre perro con distemper. -No te detengas, yo corro contigo ¿Ok?