Mi demonio personal (En Pausa Por Edición💜)

Listo o no

Matt está atrasado. El puesto delante mío se encontraba vacío y me sentía un poco inquieta ya que mi razón de mirar hacía la pizarra aun no llegaba e incluso, quizás no iba a llegar hoy.

Me entristece un poco pero sé que después lo veré, tal vez mañana. Ya que nunca lo he visto faltar por estar enfermo ¿Tendrá su mamá infuciones que lo hagan tan resistente? No lo sé...

-Aloo, Tierra llamando a Emma.

-¿Ah? -No pude evitar responder como una boba.

-Deja de llorar por Matt. Vendrá más tarde lo más probable. -Se sienta frente a mí en el puesto del ausente mirandome.

-¡Shhhh! ¿Podrías no decirlo en voz alta?

-No trates de ocultarlo, todo el mundo lo sabe. Eres demasiado evidente.

La persona frente a mí que vive solo para joderme, es mi mejor amiga: Nina. Es una morena ochenta porciento piernas la muy perra, de ojos oscuros. Esta persona es mi mala influencia. No sé cómo mi mamá la tiene en un santuario. Es la típica chica mala y ruda del curso. El cómo nos conocimos es una historia chistosa y bastante simple. Era mi cumpleaños y mi mamá invitó a todos los niños de mi curso. En medio de mi tortura, llegó una niña que me ayudó a esconderme de mi propia fiesta. Desaparecida hasta los regalos y hasta el día de hoy mi mamá no lo sabe.

-Da igual. -Sentí el calor subir a mis mejillas. -¿Dónde está Emily de todos modos?

-Am, con dolor de cabeza por haberse divertido en la fiesta de anoche. -Ríe. -La hubieras visto. Mira, tengo fotos. Están increíbles.

Nina me muestra en su celular a una chica rubia con una botella de vodka en una mano y la otra en la pared como si intentara mantenerse de pie riendo. Me muestra otra donde bailaba con un chico mientras sostenía un vaso (supongo con alcohol) y la última durmiendo en el césped del patio de la casa.

-Wow, que buena amiga eres cuidándola.

-Seh, su mamá cree que está enferma.

-¿Explícame cómo tú no terminaste como ella? -Me guiña un ojo.

-Tengo aguante bebé. Hubieras ido.

-No gracias, tengo cosas más importantes.

-Que aburrida eres.

-Bien... voy al baño antes de que el profesor llegue.

Me levanto con bastante sueño y me dirijo hacia la puerta de la sala. Como iba dormida prácticamente, no estaba muy conciente que digamos como para no haber chocado con una pared humana. Al parecer la persona con la que choqué venía apresurada ya que cuando nos topamos, casi caigo al suelo. Sin embargo una mano tomó mi brazo antes de caer y me ayudó a estabilizarme.

-Lo siento ¿Estás bien?

Cuando levanto la mirada, quedo quieta instantáneamente. Me había encontrado con unos ojos azúl pálido, casi grises mirandome.

Mierda.

-Sí... -Dije con un hilo de voz.

Él me devolvió la sonrisa y se fue a sentar donde debía, supongo pues mis pies se apuraron en llegar lo más rápido posible al baño (el que no se encontraba muy lejos) así que no sé qué hizo después. Cuando llego, lo primero con lo que me encuentro es una castaña bajita sonrojada hasta las orejas como mi reflejo.

No me gusta pensar que estoy enamorada de un cliché pero supongo que lo estoy. Es un castaño de ojos preciosos... no quiero babear pero lo he visto sin polera y la verdad es que tiene un muy buen físico. Es el capitán del equipo de fútbol del colegio, atlético, etc. Pero lo mejor de todo él, es su sonrisa. No es una de esas que dice "Hey, estoy que ardo y tu lo sabes". Es una sonrisa real. Una tierna, incluso inocente. Eso es lo que me enamoró de él. Sus expresiones son puras. Él no finge.