Verónica:
Resultaba imposible romper las cadenas con aquel fierro, así que subí de vuelta en busca de algunas pinzas para cortarlo, corrí a prisa; mi celular vibraba en mi bolsillo y eso me puso más asustada de lo que ya estaba, lo saqué para apagarlo y en eso, por el pasillo me encontré con una chica.
— Mira que tenemos aquí — Dijo como psicópata.
— ¿Q-quién eres? — Pregunté. Mi piel se erizó.
— Cat — Sonrió espeluznantemente — ¿Qué haces aquí a esta hora? — Preguntó mirándome fijamente.
Me provocaba mucho miedo, quería salir corriendo en ese mismo instante, pero Minzy y la otra chica estaban allá abajo esperando por ella.
— Vine a revivir mis recuerdos de la infancia — Respondí tranquila. Necesitaba mantenerme seria y no levantar ninguna sospecha.
Esta chica era la “ella” de la que hablaba la chica, la tal Cat quien la tenía en aquel lugar y de aquella manera; necesitaba distraerla de alguna manera, para que escaparan aún si yo no lo hacía.
— ¿Quieres ir a tomar algo? — Pregunté seria, mientras hacía un mohín.
— Ahora estoy algo ocupada, pero luego con gusto — Respondió viéndome.
— Que mala suerte — Arqueé la mirada descontenta — Me gustaría conocerte más — Mentí e hice un puchero de tristeza.
— Venga no te pongas mal — Se acercó a mí, me alarme sin que ella lo notara — Vamos, después seguiré con lo que estaba haciendo — Comentó feliz.
Salimos del instituto directo a una cafetería que se encontraba cerca del lugar, nos sentamos en una mesita fuera del local y ordenamos un café; estaba preocupada por las dos chicas dentro del instituto, pero esta chica no parecía ser una mala persona.
— ¿Qué estabas haciendo tú en el instituto? — Me atreví a preguntarle.
— Pues… — Dudó por unos instantes — Recordar a la chica que me hacía bullying, hasta el punto de hacer que casi me suicidara — Respondió sonriendo espeluznante de nuevo.
— ¿Por qué? — Cuestioné extrañada.
La chica rió, parecía que algo en aquella etapa de su vida la había dejado completamente traumada y lo usaba para lastimarse a sí misma, daba tristeza.
Minzy:
Logré librar a la chica de aquellas cadenas que la tenían prisionera, salimos corriendo, recorrimos todo el instituto buscando a Verónica pero no había ningún rastro de ella; me alarmé pensando lo peor.
Continuamos buscándola, pero seguía sin haber rastro de ella, hasta que pasamos por el patio del instituto que daba a la salida; ella estaba sentada con una chica pelirroja en una cafetería, la chica a mi lado se veía asustada.
— ¿Qué pasa? — Pregunté preocupada.
— E-e-e-ella es Cat — Respondió tartamudeando.
— ¿¡Qué!? — Casi grité, pero alcancé a controlarme para no llamar la atención.
Salimos del instituto, caminamos a escondidas hasta llegar a las espaldas del instituto y cruzar, para poder escuchar la conversación que las dos contrarias tenían en esa cafetería; nos escondimos perfectamente.
— Bueno porque, creo que es la manera que me impulsa a vengarme de las personas que le hacen bullying a los demás — Dijo la pelirroja.
— ¿Por qué no hablaste con alguien cuando te hacían bullying? — Preguntó Verónica ¿Preocupada?
— Lo hice, hablé con profesores, mis padres e incluso con el director, pero nadie hizo nada — Comentó la tal Cat.
— Pero ¿Cómo es posible? — Cuestionó la pelinegra.
— A nadie le interese, ni siquiera a mis padres; que siempre me llamaban estorbo, de hecho yo había sido la causa por la que en primer lugar se habían casado — Tomó de su taza — Mi abuelo, padre de mi madre los presionó para que se casaran, pero ellos solo querían tener una aventura y olvidarse de lo que había pasado; pero no salió como querían, porque mi madre quedó embarazada. Estuvo por abortarme, pero mi abuelo se lo prohibió, así que al final se hizo responsable de mi porque yo sería la única heredera de mi abuelo — Cat terminó de hablar.
Verónica se levantó de su asiento y se acercó a ella, para abrazarla; los celos hacían que me ardiera la sangre, me sentía tan enojada, y en el peor momento mi celular sonó: “아빠가 부르는데 대답해 ”. Llamé la atención de la pelinegra que volteó a verme, cubriendo el rostro de Cat, y después hacer un mohín para que nos fuéramos.
Comenzamos a caminar, mi celular volvió a sonar, pero no respondí y apagué el celular, a pensar de que se trataba de mi padre; poco después Verónica nos alcanzó, nos dirigimos a su casa. Tocó y sus padres abrieron molestos.
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– Traducción –
“아빠가 부르는데 대답해 ”
= “Papá llama, respóndeme”¡¡¡Si está historia está en
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My Gfriend [GL]
Short StoryVerónica no quería seguir los pasos de las mujeres de su familia, ella no creía en los estereotipos de género, debido a esto era considerada la 'oveja negra' en su familia y le hacían burla en la escuela por usar el uniforme masculino, ella quería s...