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Verónica:

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Verónica:

La chica me hacía sentir extraña, su apariencia y forma de vestir, me hacían pensar que ella sería la hija perfecta que a mis padres les gustaría tener; ella tan dulce que empalaga, su apariencia de muñeca que atrae la mirada de todos, me hace incomodar.

Se consideraría como una princesa de Disney. Cabello rubio hasta la cadera, ojos rasgados (asiática) de color azul como el hielo, sus labios pequeños tintados de rosa, su piel más blanca que la porcelana, mejillas rosadas, pestañas algo largas y media aproximadamente 1.68 cm.

Ella sería considerada salida de un cuento de hadas, la chica con la que todo chico ha querido salir, pero había tomado la mala decisión de venir a juntarse conmigo; la juzgarían más por mí que por ella. No es que sea malo que se junte conmigo ni mucho menos, sino que somos como el agua y el aceite.

— ¿En qué salón estás? — Preguntó sacándome de mis pensamientos.

— No hables, por favor — Comenté seria.

— Oh… Lo siento — Se disculpó.

Las miradas de todos alrededor me hacían sentir incómoda, cada que pasaban nos volteaban a ver, aunque sabía que esas miradas no eran dirigidas para mí, sino para ella (la chica de cuento de hadas); ella tomó de nuevo mi mano, pero no reaccioné de ninguna manera ante tal acto, esta vez.

— Sabes que eres linda — Comentó embozando una sonrisa.

— ¿Linda yo? Bromeas — Pregunté arqueando la mirada.

— Sí, eres linda — Respondió seria.

Su respuesta me hizo sonrojar un poco, algo invisible que nadie notó, me hacía sentir nerviosa. La campana de clases sonó después de diez minutos de que las clases deberían haber iniciado, mi salón era 1°C, así que la posibilidad de que compartiéramos salón era muy poca.

— ¿En qué grupo estás? Yo estoy en 1°C, así se me había pasado ¿Cómo te llamas? — Preguntó sonrojándose un poco.

— También de 1°C, soy Verónica — Respondí normal.

— Que bien que estemos en el mismo salón, es algo verdaderamente genial… Oh, por cierto soy Minzy — Comentó sonriendo.

Esa posibilidad de no quedar en el mismo salón, se había ido por el inodoro, ya que compartíamos el salón solo me queda pensar en que ‘esto resultará interesante’; no puedo pensar en ninguna otra palabra por el momento.

— Oye ¿Por qué se nos quedan viendo todos? — Preguntó preocupada.

— Te ven a ti, a mí nadie me voltea a ver. Eres la chica de cuento de hadas para todos aquí, una “princesa” — Dije e hice comillas en la última palabra.

La chica de cuento de hadas sonrió algo sonrojada, tomó mi rostro para que la volteara a ver, se acercó tanto a mi rostro y me susurró.

— Pero, tú eres aún más bonita que yo.

Quedé en sock por sus palabras, mi respiración se cortó por un momento, mi corazón se aceleró, mis orejas y mejillas comenzaron a arder en cuestión de segundos, la vi por un instante y rápidamente desvié la mirada; en eso ella besó mi mejilla haciéndome sentir más nerviosa de lo que ya estaba.

Tantas cosas comenzaron a pasar por mi cabeza en ese momento, estaba congelada, mi mirada se perdió en la nada; después de un momento volteé a verla asustada, más que nada extrañada. Fruncí el ceño, trataba de pronunciar algo, pero en ese momento no podía.

— ¿Qué haces? — Finalmente pregunté.

— Solo te doy un beso, nada de otro mundo — Respondió confiada.

— No lo hagas, nos acabamos de conocer y podrían pensar algo más de nosotras, no quiero malentendidos — Comenté seria.

— ¿Pensarán que soy tu novia? — Preguntó en coreano sonriendo.

— No sé chino, háblame en español — Comenté frunciendo los labios.

— Es coreano, no chino… Pero se hablar ambos — Dijo, una pequeña risa salió de entre mis labios.

— No los habló, se hablar español e inglés únicamente — Mencioné.

Un silencio se formó entre nosotras, – ¿Cómo a esta edad ella podía hablar bastantes idiomas? – Pensé, me sentía un poco mal y avergonzada de mí misma; fruncí el ceño y sentí la respiración de aquella chica de cuento de hadas cerca de mi oído, mi cuerpo se tensó.

Mi corazón latía rápido, sentía una extraña sensación, la cual me resultaba familiar; me recordaba a aquella chica bully de la primaria, jamás podría olvidar aquella sensación tan maravillosa que ahora me hacía sentir incómoda.

Mi corazón latía rápido, sentía una extraña sensación, la cual me resultaba familiar; me recordaba a aquella chica bully de la primaria, jamás podría olvidar aquella sensación tan maravillosa que ahora me hacía sentir incómoda

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– Natsy-Chan 💕

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