Llegamos a casa de James, y en vez de entrar por la puerta principal, entramos por un pasillo del costado y entramos al cobertizo, era bastante grande, pero solo había un ropero, una cama y un equipo de música, había posters por todos lados, parece un lugar grandioso:
- Bienvenida a mi habitación- dice él.
- ¿Por qué no duermes en tu casa?- pregunto.
- Es que me llevo bastante mal con ellos... Me sorprendí cuando me contaste de tu amistad con mi hermana, eres... diferente a ella.
- Sí, no lo sé... De todos modos, nos peleamos y no creo que volvamos a hablar como antes.
- ¿Por qué?- pregunta sentándose en el suelo.
- No importa... Tú tampoco pareces la clase de chicos que son amigos de mi hermano... - digo sentándome a su lado.
- ¿Por qué no?
- Porque yo siempre creí que todos los amigos de mi hermano eran drogadictos sin remedio.
- Y lo son- dice él y se ríe- Pero tu hermano es un buen tipo, ayuda a quien sea sin esperar nada... Así nos hicimos amigos.
- ¿Cómo?
- Me auxilio cuando se estropeó mi motocicleta, desde ahí... Todos somos amigos, aunque somos muy distintos.
- Sí, parecen muy distintos... Bueno, al menos nunca te he visto drogarte.
- No me drogo, porque vendo.
- Ah...
- Creo que te sorprendí- dice y se ríe.
- No- digo y me río- Está bien, supongo que todos sabemos lo que hacemos... Pero con una hermana como la tuya, no creí que podrías estar en eso.
- Sí, somos muy diferentes, ella es lo que mis padres quieren, pero yo no... Por eso aquí me ves, durmiendo en el cobertizo.
Ambos nos reímos y nos miramos, él me sonríe:
- ¿Por qué me miras?- le pregunto.
- No sé, eres bonita
- Gracias James.
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Solía ser la chica buena
Teen Fiction¿Qué hace que una dulce, inteligente y educada chica, se convierta en un desastre?