Solía ser la chica buena

Rebeldes drogadictos

Sí, es un pueblo chico... Pero es un infierno grande, y los rumores habían comenzado a aparecer. 

Para todos los habitantes, ahora soy una drogadicta rebelde con un novio de 20 años drogadicto rebelde, y un grupo de amigos... ¿Adivinen qué? Drogadictos rebeldes ladrones.

No me malinterpreten, sé que es la fama que te dan cuando estás con un grupo de motociclistas, pero no pensé que fuese tan grave como para inventar tales cosas...

Danielle no me quería ver nunca más, y me parecía justo, aunque yo seguía queriéndola. Mi hermano insistía en que ahora ella me odiaba como a los demás, pero yo sostengo que no es así, que solo es enojo del momento.

La gente que antes me saludaba al pasar por la calle, me dan vuelta la cara cuando me ven, como si yo fuese una cualquiera, y es peor cuando me ven con Randy, porque voltean a vernos y nos sostienen una mirada fulminante hasta que pasamos por sus casas:

- La gente de aquí es así, no estás acostumbrada porque siempre has sido la niña buena- dice Randy.

- ¿Qué quieres decir? ¿Ya no soy la chica buena?- le pregunto.

- Sí para mí... Pero para ellos, ahora eres como nosotros, aquí te conviertes en las personas con las que te juntas, ahora, aunque no lo seas, como estás conmigo y con los chicos te conviertes automáticamente en una rebelde drogadicta sin solución. El concepto de "buena persona" es un poco exigente en este lugar.

- Que hermosos títulos te dan aquí cuando eres diferente.

- Siempre es así... Deberíamos huir- dice prendiendo otro cigarrillo.

- ¿De aquí?

- De nuestra piel de vez en cuando...

- ¿Hicimos las cosas mal?

- ¿Siendo como somos? Eso jamás puede estar mal... ¿Eres feliz así?

- Claro que sí

- Bueno, entonces no estás haciendo nada mal, quien quiera hablar, hablará de todos modos, quien quiera odiarte, lo hará, y no puedes controlar todo eso...