Al lago y aprendiendo cosas nuevas

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La escuela resultaba bastante aburrida, y Tania y yo nos estábamos hablando, pero ya no éramos amigas, ahora somos más como... sólo compañeras de clase. En el receso me encuentro con Marcia en la escalera, y ella me detiene:

- ¿Qué tal tu clase?

- Podría ir mejor, ¿La tuya?

- Igual...

- ¿Por qué no nos vamos?

- Tengo unos asuntos que resolver aquí, pero si quieres le pido a Randy que venga por ti...

- No Marcia, sé lo que haces- le digo riendo.

- ¿Yo? ¡Nunca!- dice y se ríe. 

Tania pasa y nos mira, y no muy bien para ser sincera:

- ¿Y a esta que le pasa? Voy a golpearla si vuelve a mirar así...- dice Marcia.

- Es la hermana de James

- Ah, bueno... ¿Y al final? ¿Llamo a Randy? 

Me quedo en silencio:

- Lo llamaré- afirma.

Cuando suena el timbre, Marcia me saluda y se va, yo me escabullo en el baño y luego salgo por la ventana. Randy aparece en la calle, y corro hacia él:

- Eres rápido- le digo.

- Marcia me dijo que viniera porque estabas aburrida, y yo dije... ¿Cómo no voy a ayudar a una damisela en apuros?

- Que gentil... 

- Bueno, sube... Vamos por ahí- dice él.

Randy me lleva al lago, y vamos a sentarnos a la orilla:

- A todos les gusta este lugar- le digo.

- ¿A ti no?

- Sí, pero no venía nunca hasta que los conocí.

- Genial- dice y prende un cigarrillo.

- ¿Cómo llegó Marcia al grupo?- pregunto.

- Ella conoció a tu hermano en una fiesta hace al menos dos años... Y no se separaron nunca más.

- ¿Están juntos hace dos años?

- Sí... 

- Es difícil soportar a mi hermano

- Y también a Marcia- dice él.

- Supongo- digo.

Él pone el cigarrillo en mi boca, yo inhalo y él lo vuelve a poner en la suya:

- ¿Conduces?

- No sé hacerlo- le digo.

- Ven, te enseño.

Me subo a la motocicleta y él se sube detrás de mí:

- Bueno... Presiona ese botón, luego acelera un poco, saca el pie y suelta esta mano- dice.

Sin darme cuenta, estaba conduciendo una motocicleta que me doblaba en peso:

- Lo estás haciendo bien, cuando quieras frenar, bajas tu pie así- dice haciéndome señas- y ya está.

- Oye, creo que conduzco mejor que tú- digo y me río.

- Ya quisieras muñeca- dice él y se ríe.

Randy me deja conducir hasta mi casa y me bajo:

- Gracias por enseñarme, Randy.

- No hay de que... Creo que me merezco un beso- dice sonriendo.

- ¿Eso crees?- digo y le doy un beso en la mejilla.

Él me toma de la cintura y me besa, apenas rozamos nuestros labios, pero fue un beso ¿no? Le sonrío y me dirijo a la puerta de mi casa, misteriosamente, nadie ha metido adentro los sillones todavía.


Solía ser la chica buenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora