Siénteme: parte I

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Desde que era un pequeño de diez años JungKook tuvo en claro una cosa: jamás se casaría con un alfa.


Desde que tenía memoria fue testigo de los tratos que un alfa daba a su omega, muchos teniéndolos de trofeos o como amas de casas, limpiando y cuidando de los cachorros, su descendencia, lo único que a los alfas parecía interesarles. Por ese motivo se casaban desde muy jóvenes y muchos omegas, por no decir la mayoría, terminaban siendo padres a corta edad. Él no deseaba eso en su vida, él quería vivir, viajar, conocer el mundo, distintas lenguas y culturas.

Tal vez por eso, a sus 23 años, había conocido mucho más que cualquier otro omega. Aunque todo lo bueno tenía su lado malo y ese eran sus padres. Ambos indignados al no tener nietos y al saber que su único hijo no le importaba casarse. Lo torturaron por meses, hasta que logró irse a vivir con su primo NamJoon, un alfa dos años mayor que él que vivía solo. Era bueno vivir con él ya que además de poder terminar sus estudios en paz sin padres que quisieran obligarlo a casarse, podía ser libre de salir con sus amigos o de leer un libro al parque.


Generalmente veía a su primo a la noche, durante la cena ya que sus horarios no coincidían. Mientras él estudiaba, NamJoon daba clases de braille en una prestigiosa escuela. Por lo que era común si al volver él no estaba aun en casa. Su primo era alguien muy bueno y solía dar clases sin importar las horas extras no pagas. En verdad amaba lo que hacía.

El omega dio vuelta otra página de su libro de texto, faltaban un par de horas para que NamJoon saliera de trabajar por lo que tenía tiempo antes de hacer la cena.


Estaba tan concentrado en su lectura que casi queda prendido del techo cuando llegó un mensaje a su celular. Tras el susto lo tomó, viendo que NamJoon le pedía de alcanzarle unos libros que había olvidado y que necesitaba para dentro de una hora. Suspiró, no pensaba salir ese día de casa, pero al parecer no tenía alternativa.


Buscó los libros y salió de la casa, tomando su bicicleta para llegar antes a la escuela que no quedaba nada cerca.


Llegó tras media hora de pedalear con rapidez y de que las piernas le dolieran por apresurarse de esa forma.


Ingresó a la institución, arrepintiéndose al instante por no llevar su celular. Podría haberle enviado un mensaje a su primo para saber donde se encontraba y así no estar como menso perdido entre los pasillos de esa escuela. Pensó a quién podría pedirle ayuda y entonces recordó que Nam le habló sobre una dirección en el primer piso.


Sin embargo, a pesar de que estuvo diez minutos buscando a alguien que pudiera ayudarlo no encontró a nadie ¡mucho menos a la dirección!


Suspiró frustrado, mientras seguía caminando mirando hacia los salones esperando ver a su primo en alguno.


-¡Cuidado!


Se asustó ante la exclamación y las manos que apresaron su cintura con fuerza. Iba a gritarle al alfa (su olor fuerte a eucalipto y flores lo delataba) que lo había tomado así. Pero al bajar la mirada se dio cuenta de que lo había salvado de caer por las escaleras por las que había subido.

Siénteme [JINKOOK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora