Siénteme [JINKOOK]

Siénteme: parte LXXII

JungKook se removió suavemente en la cama, despertando ante los molestos rayos de sol que daban directo en su rostro. Se preguntó, en medio de su desorientación mañanera, por qué no había cerrado la ventana en la noche para evitar esa molestia.

Sin embargo, en cuanto lentamente fue despertando y notó el roce directo de las sabanas con su piel rápidamente recordó lo que había ocurrido en la noche. Los besos, las dulces palabras de Seok Jin, las caricias y la marca. Todo volvió a su memoria de forma tan abrupta que lo hizo sonrojar fuertemente.

Se sentó, sintiendo un leve ardor en su parte baja, y vio todo a su alrededor. La cama desordenada sin su alfa fue lo que captó su atención enseguida. En su mente preguntándose dónde podría llegar a estar en ese momento, momento en el que tendría que haber despertado en sus brazos y no solo enredado en las sabanas.

El sonido de la puerta al abrirse hizo que girara a ver en esa dirección, descubriendo al mayor ingresando con cuidado, vistiendo solamente un pantalón negro de algodón y sin camisa. Sus mejillas sonrojándose nuevamente por esa hermosa vista.

-Jin hyung... ¿Por qué no estaba aquí cuando desperté?-preguntó desviando la mirada para hacer el vano esfuerzo por calmar su corazón acelerado.

-Conejito, que sorpresa, venía a despertarte para ir a desayunar juntos.-terminó de acercarse a la cama para sentarse sobre ella-como puedes deducir, hacía el desayuno, pequeño. Necesitas comer algo después de la noche que pasamos, en especial porque no cenamos...bueno...no comida exactamente.-sus manos viajaron por las sabanas, tocando sobre ellas las piernas del menor-¿Vamos, pequeño conejito?

Kook bajó la mirada, completamente avergonzado por la dulzura del alfa y, apenas en un susurro, acepto su propuesta de desayunar juntos.

♡Siénteme♡

JungKook se acurrucó más en el pecho de Jin, ambos sentados en el sillón tranquilamente mientras el alfa acariciaba su cabello. Ya habían desayunado y, como no tenían mucho para hacer, decidieron pasar un tiempo abrazados, mimándose tiernamente esperando que llegara la hora del almuerzo para preparar la comida.

Kook cerró los ojos, su mente divagando y pensando sin parar en todo aquello que habían pasado meses atrás. En cómo su pensamiento había cambiado lentamente desde que conoció a Seok Jin ese día que fue a llevarle un libro que Nam había olvidado y casi termina cayendo por las escaleras. Había sido una gran fortuna que fuera él quien lo encontrara y le hiciera ver que tan errado estaba con respecto a su pensamiento. Su novio era el único que le había hecho ver que los alfas no son todos como él había creído que eran. No todos eran unos cretinos que no les importaban su omega en lo más mínimo, no todos jugaban con ellos y los usaban como adornos. No todos eran como su padre y los tantos alfas con los que quiso casarlo alguna vez.

Gracias a Seok Jin supo que no todos eran unos miserables cretinos y que había muchos de ellos que eran casi ángeles, capaces de luchar y proteger a su omega de quien sea.

-¿Qué dices de pedir algo para el almuerzo, JungKookie? Sinceramente estoy muy cómodo contigo y no me gustaría separarte de mí.

-Mmm...creo que es un buen plan.-murmuró completamente entregado a las suaves caricias-después de todo tampoco quiero separarme de ti.

Escuchó la suave risilla de Jin antes de recibir un beso en su frente. Se acurrucó más contra el pecho contrario, tocando el pecho desnudo mientras sus piernas descubiertas jugaban entre sí sobre las piernas del alfa. A pesar de que había llevado ropa para cambiarse, aun así prefirió usar una camisa de Jin, era más cómoda.

Sus manos se aferraron a la cintura del mayor, sus dedos tocando la suave piel de la espalda mientras su mejilla reposaba pacíficamente sobre el corazón, escuchando sus latidos y sintiendo como estos eran un perfecto bálsamo.