Capítulo 2

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¿Algo más hermoso que comer? 

Dormir. 

Pasó una pierna por arriba de su almohada, apretandola contra su cuerpo.  En la noche cuando se marchó de aquella "adorable" cena familiar, sus piernas la llevaron a la sala especial de entrenamiento, donde estuvo practicando con su katana un rato junto con algo de karate. 

Cada musculo de su cuerpo duele, y lo único que desea es quedarse a dormir toda la tarde hasta que le llegue un nuevo aviso de otra recompensa. 

La puerta de su habitación se abrio, y Kichiro suspiro desde allí. 

(T/n) se encuentra algo desparramada y con la boca abierta, roncando. 

Con los nudillos, golpeó repetidas veces la puerta, logrando así que la joven antihéroe despertara de su preciado sueño.

—¿Que haces? —Kichiro ladeo la cabeza, algo de cabello castaño cayéndole sobre los ojos.

—Practico para cuando esté muerta. —dijo, con claro sarcasmo en su voz. —¿Tu que crees? Estaba jodidamente durmiendo. 

—Vas..—lo vio mirar su muñeca.— casi media hora atrasada para UA. 

Lo primero fue la confusión, seguido de la aceptación y ahora, el pánico. La vio levantarse con una velocidad increíble y correr al baño en ropa interior. En cuestión de segundos, volvió a salir con el cepillo de dientes en la mano y unos pantalones a medio subir. Kichiro se tapó el rostro, avergonzado ante la falta de pudor de su prima. 

—¡Maldición! ¡Puse la maldita alarma pero no sonó! —agarró el aparato con una mano y lo sacudió repetidas veces, hasta que abrió la ventana como pudo y lo lanzó al patio. —¡Malditos chinos y sus aparatos inservibles! 

—Ya van tres veces que maldices. 

—Que sean cuatro. —gruño, malhumorada. —Maldita camisa con su estúpida corbata–

El adolescente rodó los ojos, alejándose de la habitación con pasos lentos. La escucho continuar maldiciendo y quejándose. Al meter la mano dentro de su buzo, sintió algo de plástico y la sorpresa fue vista en su rostro.

—Oh, Espera, (T/n), tu carnet– 

Demasiado tarde, la chica desapareció por la ventana, con las alas negras siendo iluminadas por la luz del sol. Kichiro se rasco la cabeza, siendo consciente de que cuando la anti héroe regrese a casa lo va a maldecir a él también. Encogiéndose de hombros, se internó en su propia habitación. 

Como si no estuviese acostumbrado a (T/n).



—Tengo el presentimiento de que me olvido de algo. —inevitablemente tuvo que rasgar parte del uniforme para poder sacar las alas, ni loca iría con el auto familiar. Sumado a que no quería tener que bajar al comedor para soportar nuevamente a su egocéntrico primo mayor y a su miedosa tía que está paranoica pensando en que cualquier día los mataré a todos. 

Ah.

La mochila.

—...me la suda. De todas formas solo estaré un rato y me iré. No tiene sentido que me quede cuando en primer lugar no pretendo ser un héroe. —murmuró para sí misma, sintiendo el aire fresco deslizándose entre las plumas y golpeando su rostro. 

También se olvidó la katana. 

Cerró los ojos, pensando en que posiblemente su Quirk sea ser estúpida. Eso tendría más sentido. 

Not all were born to be a Hero [BNHA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora